Los libros precedentes vienen a ser una historia seguida, desde el principio del mundo, hasta la cautividad babilónica. Los Paralipómenos, con Esdras y Nehemías, contienen una historia paralela de la precedente, hecha con criterio distinto. Los dos de los Paralipómenos formaban en el texto hebreo un solo libro, que luego se dividió en dos, tomada de las versiones la división. El nombre hebreo equivale a Crónicas, Anales. El de Paralipómenos les viene del griego, y vale tanto como cosas preteridas, omitidas, porque los traductores creyeron erróneamente que el fin del autor había sido consignar las cosas omitidas de los libros de Samuel y de los Reyes. Siendo tan clara la repetición de cosas, tomadas, según todas las apariencias, de aquellos libros, es manifiesto el error del nombre y su fundamento. Es, sin embargo, el nombre admitido. Los Paralipómenos contienen una historia de Israel, narrada desde el punto de vista del templo y del culto legítimo. El género de su composición es de compliación de documentos, retocados con adiciones aclaratorias, supresiones, correcciones, para amoldarlos mejor a su propósito, aunque con alguna divergencia, para cuya explicación habrá que recurrir a la doctrina de la reciente Encíclica de Pío XII acerca de los géneros literarios. El autor cita cuidadosamente sus fuentes. Los títulos de éstas llegan a catorce, aunque tal vez se reduzcan todas a una o dos obras generales de la historia de Israel.
Se dividen en cuatro partes: la primera (I. Par. I-IX), que se extiende hasta David, está formada por listas genealógicas tomadas de los libros precedentes y de otros documentos particulares. Las listas, a veces repetidas y discordantes, muestran que tales documentos son más bien empadronamientos de las tribus o familias, realizados en distintas épocas, y que reflejan el estado de las mismas en cada una. La segunda parte (X-XXIX), omitido Saúl, abarca la historia de David, como fundador del reino y del nuevo tabernáculo de Jerusalén, y preparador de todo lo necesario para la construcción del templo. Omite los pecados del rey. La tercera parte (II Par. I-IX) nos cuenta la ejecución de la gran obra preparada por David y realizada por Salomón. También guarda silencio sobre las caídas de éste. La cuarta parte (II Par X-XXXVI) nos refiere la historia de Judá hasta el derecho de Ciro, que permitió la restauración del templo. Insiste en la historia de aquellos reyes que en diversas épocas más intervinieron en la reforma religiosa.
Para resolver ciertas dificulatades históricas que algunos oponen, a causa de varios documentos que se citan y de sucesos que se narran, el lector tendrá una solución general en la Introducción núm. 15.
El autor de la obra es desconocido, aunque muchos la atribuyen a Esdras. La época de su composición, a juzgar por las genealogías de Zorobabel, que nos dan las versiones antiguas, no sería anterior al siglo IV, en la época griega.
PRIMERA PARTE: GENEALOGÍAS (1 - 9): De los primeros patriarcas hasta Abraham (1, 1-27). Abraham y su descendencia (1,28 - 45). Genealogía de Judá (2). Genealogía de David (3). Nueva genealogía de Judá (4,1 - 23). Genealogía de Simeón (4,24-43). Rubén (5,11-22). Manasés (5,23-36). Leví (6). Isacar (7,1-5). Benjamín (7,6-12). Neftalí y Manasés (7,13-19). Efraím (7,20-29). Aser (7,30-40). Otra vez Benjamín (8,1-33). Saúl (8,34-40). Primeros moradores de Jerusalén después de la cautividad (9,1-38). Nueva genealogía de Saúl (9,39-44).
SEGUNDA PARTE: HISTORIA DE DAVID (10 - 29): Muerte de Saúl (10). Principios del reinado de David (11,1-9). El ejército de David (11,10-12,40). Traslación del arca a casa de Obedeón (13). Guerras contra los filisteos (14). Traslación del arca a Jerusalén (15). Ordenación del culto divino (16). Promesas divinas a David (17). Guerra en Transjordania (18-20). Empadronamiento del pueblo (21). Preparación de los materiales para la construcción del templo (22). Órdenes de los levitas y sacerdotes (23-26). Ordenación miitar del reino (27). Testamento de David (28-29).
Genealogías
1 1Adán, Set, Enos, 2Cainán, Malaleel, Jared, 3Janoc, Metusela, Lamee, 4Noé: Sem, Cam y Jafet.
5Hijos de Jafet: Gomer, Magog, Madai, Javán, Tubal, Mesec y Tiras.
6Hijos de Gomer: Asquenas, Difat y Togorma. 7Hijos de Javán: Elisa, Tarsisa, Quitim y Rodanim.
8Hijos de Cam: Misraim, Put y Canán. 9Hijos de Cus: Saba, Javila, Sabta, Raema, Sabteca. Hijos de Raema: Seba y Dadán.
10Cus engendró a Nimrod; éste comenzó a ser potente sobre la tierra. 11Misraim engendró a los Ludim, los Anamim, los Leabim, los Naftujim, 12los Patrusim y los Caslujim, de los que salieron los Pelistim y los Caftorim. 13Canán engendró a Sidón, su primogénito, 14y a Jet, a los Jebuseos, los Amorreos, los Guergueseos, 15los Jeveos, los Arqueos, los Sineos, 16los Arvadeos, los Semareos y los Jamateos.
17Hijos de Sem: Elam, Asur, Arfaesad, Lud y Aram; Us, Jul, Gueter y Mesec. 18Arfacsad engendró a Salaj y Salaj engendró a Eber. 19A Eber le nacieron dos hijos, el nombre del uno Peleg, porque en su tiempo se dividió la tierra, y el nombre de su hermano, Joctán. 20Joctán engendró a Almodad, Selef, Jasarmavet, Jeraj, 21Adoram, Uzal, Dicla, 22Eval, Abimael, Seba, 23Ofir, Abila y Jobab. Todos éstos son hijos de Joctán.
Los diez patriarcas desde Sem a Abraham
24Sem, Arfacsad, Selaj, 25Eber, Peleg, Reu, 26Sarug, Najor, Teraj, 27Abram que es Abraham.
Descendientes de Abraham
28Hijos de Abraham: Isaac e Ismael.
29Su posteridad:
Nabot, primogénito de Ismael, Quedar, Adbeel, Mibsam, 30Misma, Duma, Masa, Jadad, Tema, Jetur, Nafis y Quedma. Estos son los hijos de Ismael.
31Hijos de Quetura, concubina de Abraham: Tuvo a Zimram, a Mecsam, a Medán, a Madián, a Jisbac y a Suaj. 32Hijos de Jocsam: Seba y Dadán. 33Hijos de Madián: Efa, Efer, Janoc, Abida y Elda. Estos son todos los hijos de Quetura.
34 Abraham engendró a Isaac. Hijos de Isaac: Esaú e Israel.
35Hijos de Esaú: Elifaz, Reuel, Jeús, Jelam y Coré. 36Hijos de Elifaz: Teman, Omar, Sefi, Guetam, Quenaz, Timna y Amalec. 37Hijos de Reuel: Najat, Zeraj, Samma y Miza. 38Hijos
de Seir: Lotán, Sobal, Sibeón, Ana, Disón, Eser y Disan. 39Hijos de Lotán: Jori y Omán. Hermana de Lotán, Timna. 40Hijos de Sobal: Abian, Manajat, Ebal, Sefi y Onam. Hijos de Sibeón: Aya y Ana. Hijo de Ana: 41Disón. Hijos de Disón: Jamram, Esbam, Jitram y Queram. 42Hijos de Eser: Bilán, Zaván y Jacán. Hijos de Disán: Uz y Arán.
43He aquí los reyes que reinaron en la tierra de Edom antes que reinase rey alguno sobre los hijos de Israel: Bela, hijo de Beor; el nombre de su ciudad fué Dinaba. 44Murió Bela y le sucedió Jobab, hijo de Zeraj, de Bosra. 45Murió Jobab, y le sucedió Jusam, de la tierra de los Temanitas. 46Murió Jusam y le sucedió Adad, hijo de Bedad. Este es el que destrozó a Madián en los campos de Moab. El nombre de su ciudad fué Avit. 47Murió Adad y le sucedió Samla, de Masreca. 48Murió Samla y le sucedió Saúl, de Rejobot del río. 49Murió Saúl y le sucedió Baal-Jonán, hijo
de Acbor. 50Murió Baal-Jonán y le sucedió Hadad. El nombre de su ciudad fué Pahi, y el nombre de su mujer Metabeel, hija de Matred, hija de Mezahab. 51Murió Hadad.
Los jefes de Edom fueron: el jefe Timna, el jefe Alya, el jefe Jetet, 52el jefe Olibama, el jefe Ela, el jefe Pinon, 53el jefe Quenaz, el jefe
Teman, el jefe Mibsar, 54el jefe Magdiel y el jefe Iram. Estos son los jefes de Edom.
Escuchar el Capítulo 1
1 Gén 5,1ss.(Volver a Lectura).
5 Gén 10,1s.(Volver a Lectura).
17 Gén 11,10ss.(Volver a Lectura).
28 Gén 25,1ss.(Volver a Lectura).
35 Gén 36,1ss.(Volver a Lectura).
Los doce hijos de Jacob y los descendientes de Judá
2 1He aquí los hijos de Israel: Rubén, Simeón, Leví, Judá, Isacar, Zabulón, 2Dan, José, Benjamín, Neftalí, Gad y Aser.
3Hijos de Judá: Er, Onán y Sela; estos tres le nacieron de la hija de Sua, la cananea. El primogénito de Judá fué malo a los ojos de Yavé, que le hizo morir. 4Tamar, nuera de Judá, le dió Fares y Zeraj. En todo, los hijos de Judá, cinco.
5Hijos de Fares: Hesrón y Jamul.
6Hijos de Zeraj: Zimri, Hetán, Hemán, Calcol y Dara. En todo, cinco. 7Hijo de Carmi: Acar, que conturbó a Israel cuando fué infiel acerca de las cosas dadas al anatema.
8Hijo de Etán: Azaría.
9Hijos que le nacieron a Esrón: Jerajmeel, Ram y Quelubai. 10Ram engendró a Aminadab. Aminadab engendró a Nacsón, príncipe de los hijos de Judá; 11Nacsón engendró a Salma; Salma engendró a Booz; 12Booz engendró a Obed; Obed engendró a Isaí, 13Isaí engendró a Eliab, su primogénito, a Abinadab, su segundo; a Simea el tercero; 14a Netaneel, el cuarto; a Radai, el quinto; 15a Osen, el sexto, y a David, el séptimo. 16Sus hermanas fueron Sarvia y Abigail.
Hijos de Sarvia: Abisai, Joab y Azael; tres. 17Abigail parió a Amasa. El padre de Amasa fué Jeter, ismaelita.
18Caleb, hijo de Esrón, tuvo hijos de Azuba, su mujer, y de Jeriot. Los hijos que tuvo de Azuba fueron: Jeser, Sobab y Ardón. 19Murió Azuba
y Caleb tomó a Efrat, que le parió a Jur. 20Jur engendró a Uri, y Uri engendró a Betsael. 21Luego entró Esrón a la hija de Maquir, padre de
Galad, cuando tenía sesenta años, y ella le parió a Segub. 22Segub engendró a Jair, que tuvo veintitrés ciudades en la tierra de Galad. 23Los
Guesureos y los Sirios les tomaron los burgos de Jair, con Quenat, y las ciudades de su dependencia: sesenta ciudades. Todos éstos eran hijos de Maquir, padre de Galad. 24Después de la muerte de Esrón vino Caleb a Efrata; Abiya, mujer de Esrón, le parió a Asjur, padre de Tecoa.
25Los hijos de Jerajmeel, primogénito de Esrón, fueron: Ram, el primogénito, Buna, Orén y Otsén, nacidos de Ajiya.
26Jerajmeel tuvo otra mujer llamada Atara, que fué madre de Onam.
27Los hijos de Ram, primogénito de Jerajmeel, fueron: Maas, Jamín y Equer. 28Los hijos de Onam fueron: Samai y Jada. Hijos de Samai: Nadab y Abisur. 29El nombre de la mujer de Abisur era Abijail y le parió a Ajbán y Molid.
30Hijos de Nadab: Seled y Apaim. Seled murió sin hijos. 31Hijo de Apaim, Iseí. Hijo de Iseí: Sesán. Hijo de Sesán, Ajlai. 32Hijos de Jada, hermano de Samai: Jeter y Jonatán. Jeter murió sin hijos. 33Hijos de Jonatán: Pelet y Zasa. Estos son los hijos de Jerajmeel. 34Sesán no tuvo hijos, pero sí hijas. 35Sesán tenía un esclavo egipcio llamado Jarja, y Sesán dió su hija por mujer a Jarja, su esclavo, a quien le parió ella a Atai. 36Atai engendró a Natán; Natán engendró a Zabad; 37Zabad engendró a Efal; Efal engendró a Obed; 38Obed engendró a Jehú; Jehú engendró a Azarías; 39Azarías engendró a Jales; Jales engendró a Elasa; 40Elasa engendró a Sismai; Sismai engendró a Salum; 41Salum engendró a Jecamya;
Jecamya engendró a Elisama.
42Hijos de Caleb, hermano de Jerajmeel: Mesa, su primogénito, que fué padre de Zif, y los hijos de Maresa, padre de Hebrón. 43Hijos de Hebrón: Core, Tapuaj, Requen y Sama. 44Sama engendró a Rajam, padre de Jorqueam. Requen engendró a Samai. 45Hijo de Samai: Aaón; y Maón, padre de Betsu. 46Efa, concubina de Caleb, parió a Jarán, Mosa y Gazez. Jarán engendró a Gazez. 47Hijos de Jodaim: Reguem, Jotán, Guesam, Pelet, Efa y Saaf. 48Maaca, concubina de Caleb, parió a Seber y Tircana. 49También parió a Saaz, padre de Madmana, y a Seba, padre de Majbena y padre de Guibea. Hija de Caleb fué Acsa.
50Estos fueron hijos de Caleb: Sobal, hijo de Jur, primogénito de Efrata, y Sobal, padre de Quiryat-Jearim; 51Salma, padre de Betlejem;
Jaret, padre de Bet-Gader.
52Los hijos de Sobal, padre de Quiryat-Jearim, fueron: Aroe, Jasi el menajita. 53Las familias de Quiryat-Jearim fueron: los Jeturianos, los
Pucianos, los Sumacianos y los Misreenos; de estas familias salieron los Soreacianos y los Estatolianos. 54Hijos de Salma: Betlejem y los Netopacianos, Astoret, Bet-Joab, Jasi, los manajteos, los sorenos, 55y las familias de escribas que habitan en Jabes; los Tireacianos, los Simeacianos y los Sucacianos. Estos son los Queneos, descendientes de Jamat, padre de la casa de Recab.
Escuchar el Capítulo 2
1 Gén 25,1ss.(Volver a Lectura).
3 Gén 38,7s.(Volver a Lectura).
6 I Re 5,11.(Volver a Lectura).
9 Rut 4,19.(Volver a Lectura).
13 ISam 16,64; 17,13.(Volver a Lectura).
Los descendientes de David
3 1He aquí los hijos de David que le nacieron en Hebrón: el primogénito, Amnón, de Ajinoám, de Jezrael; el segundo Daniel, de Abigail, de Carmel; 2el tercero Absalón, de
Maaca, hija de Talmai, rey de Gesur; el cuarto Adoniya, hijo de Agit; 3el quinto Sefatya, de Abital; el sexto Jitream, de Egla, su mujer. 4Estos
seis le nacieron en Hebrón. Reinó allí siete años y seis meses, y en Jerusalén treinta y tres años.
5He aquí los que le nacieron en Jerusalén: Simea, Sobab, Natán y Salomón, cuatro de Betsabé, hija de Ammiel; 6Jibjar, Elisama, Elifelet, 7Noga, Nefeg, Jafia, 8Elisama, Elyada y Elifelet: nueve. 9Todos estos fueron hijos de David, y además los hijos de las concubinas. Tamar fué su hermana. 10Hijos de Salomón: Roboam; Abiya, su hijo; Asa, su hijo; Josafat, su hijo; 11Joram, su hijo; Ococías, su hijo; Joás, su hijo;
12Amasías, su hijo; Azarías, su hijo, Jotán, su hijo; 13Ajaz, su hijo; Ezequías, su hijo; Manasés, su hijo; 14Amón, su hijo; Josías, su hijo. 15Hijos de Josías: el primogénito, Jojanán; el segundo, Joaquim; el tercero, Sedecías; el cuarto, Salum. 16Hijos de Joaquim: Jeconías, su hijo; Sedecías, su hijo; 17Hijos de Jeconías: Asir, cuyo hijo fué Salatiel, 18Malquiram, Pedaya, Senasar, Jeconías, Hosama y Nedabia. 19Hijos de Pedaya: Zorobabel y Simei. Hijos de Zorobabel: Mesulam y Hananía; Selomit, su hermana; 20y Hasaba, Ohel, Berequía, Jasadía, Jusab, Jesed, cinco. 21Hijos de Jananía: Pelatia y Jisaya; los hijos de Refaya, los hijos de Arnan, los hijos de Abdías, los hijos de Secanía. 22Hijos de Secanía: Semaeya. Hijos de Semaeya: Jatus, Jigueal, Bariaj, Nearia y Safat, seis. 23Hijos de Nearia: Elyoenai, Ezequías y Azricam, tres. 24Hijos de Elyoenai: Jodavía, Elyosib, Pelaya, Acub, Jojanán, Delaya y Anani, siete.
Escuchar el Capítulo 3
1 2 Sam 3,2ss; 14,4ss.(Volver a Lectura).
5 2 Sam 5,14.(Volver a Lectura).
19 Zorobabel volvió al frente de la primera expedición de la cautividad y fue luego gobernador de Jerusalén desde 538 hasta después de 515, cuando se terminó el templo. Las generaciones que siguen nos llevan bien entrado el siglo IV, y este detalle viene a indicar la época de la composición de la obra.(Volver a Lectura).
Descendientes de Judá
4 1Hijos de Judá: Peres, Jesrón, Carmi, Jur y Sobal. 2Reaya, hijo de Sobal, engendró a Jajat; Jajat engendró a Ajumai y Lahad. Estas son las familias de los Sareatitas. 3He aquí los descendientes del padre de Etam: Jezrael, Jisma y Jidbas. El nombre de su hermana era Haselponi. 4Penuel fué padre de Guedor, y Ezer padre de Jusa. Estos son los hijos de Jur, primogénito de Efrata, padre de Bethlejem.
5Asjur, padre de Tecoa, tuvo dos mujeres: Jelea y Naara. 6Naara le parió a Ajuzam, Jefer, Temeni y Ajastari; éstos son los hijos de Naara. 7Hijos de Elea: Seret, Jesojar y Etnám.
8Cos engendró a Annut y Asobeba y las familias de Ajarjel, hijo de Arum. 9Jaebes fue más ilustre que sus hermanos. Su madre le dió el nombre de Jaebes, diciendo: «Porque le he parido con dolor». 10Jaebes invocó al Dios de Israel, diciendo: «Si me bendices y ensanchas mis términos y está conmigo tu mano y me preservas de mal de modo que yo no padezca...» Y Dios le dió lo que le había pedido.
11Quelub, hermano de Suja, engendró a Maquir, que fué padre de Estón. 12Estón engendró la casa de Rafa, Paseaj y Tejina, padre de la ciudad de Najas. Estos son los hombres de Reca. 13Hijos de Quenaz: Otoniel y Serai. Hijo de Otoniel: Jatat. 14Meonatai engendró a Ofra. Farvia engendró a Joab, padre del valle de las herrerías, pues eran herreros.
15Hijos de Caleb, hijo de Jefoné: Iru, Ela y Naán; y el hijo de Ela, Quenaz.
16Hijos de Heleleel: Zif, Zifa, Tirya y Asarel.
17Hijos de Esdras: Jeter, Mered, Efer y Jalóm. La mujer de Mered parió a Miriam, Samai y Jisbaj, padre de Estemoa. 18Su mujer, Odia,
parió a Jered, padre de Guedor, a Jeber, padre de Soco, y a Jecutiel, padre de Zanoaj. Estos son los hijos de Bitia, hija de Haraón, que Mered tomó por mujer. 19Hijos de la mujer de Odias, hermana de Najam: el padre de Queila, el Garmita, y Estemoa, el Macateo.
20Hijos de Simón: Ammón, Rina, Ben-Janán y Tiloa. Hijos de Jisei: Zojet y Ben-Zojet.
21Hijos de Sela, hijo de Judá: Er, padre de Leca; Laeda, padre de Maresa; y las familias de la casa donde se trabaja el lino, la casa de Arseba, 22y Joaquim y los hombres de Cozeba, y Joas y Sarat, que dominaron en Moab y Jasubí Lejem.
Estas son casas antiguas. 23Estos eran alfareros y habitaban en plantaciones y parques, cerca del rey, y trabajaban para él.
Descendientes de Simeón
24Hijos de Simeón: Nemuel, Jamín, Jarib, Zeraj y Saúl. Hijos de Saúl: 25Salum, Mibsam, su hijo; Misma, su hijo. 26Hijos de Misma: Hamuel, su hijo; Zacur, su hijo: Simei, su hijo. 27Simei tuvo dieciséis hijos y seis hijas. Sus hermanos no tuvieron muchos hijos y sus familias no se multiplicaron tanto como las de los hijos de Judá. 28Habitaban en Bersebá, en Molada, en Jasar, en Sual, 29en Bila, en Esen, en Tolad, 30en Batuel, en Jorma, en Siceleg, 31en Bet-Marjabot, en Jasar, en Susim, en Bet-Birei y en Saaraim. Estas fueron sus ciudades hasta el reino de David, y sus pueblos. 32Tenían también Etam, Ain, Rimmón, Toquen y Asán, cinco ciudades, 33y todos los pueblos en derredor de estas ciudades, hasta Baal. Estas son sus habitaciones y sus genealogías.
35Mesebab, Jamlec; Josa, hijo de Amasía; 35Joel, Jehú, hijo de Josibia; hijo de Seraya, hijo de Ariel; 36Elyoenai, Jacoba, Jesojaia, Asaya, Adiel, Jesimiel, Benaya, 37Ziza, hijo de Sifei, hijo de Aon, hijo de Jedaya, hijo de Simri, hijo de Semaya. 38Estos, por sus nombres, eran príncipes en sus familias, y sus casas paternas tomaron gran incremento. 39Fueron del lado de Guedor, hasta el oriente del valle, en busca de pastos para sus ganados. 40Hallaron hierba y buenos pastos y una región vasta, tranquila y apacible; los que antes la habitaron descendían de Cam. 41Estos, descritos por sus nombres, vinieron en tiempo de Ezequías, rey de Judá, y atacaron sus tiendas y las habitaciones que allí hallaron, y los destruyeron hasta hoy, habitando en su lugar, por haber allí pastos para sus ganados. 42También quinientos de ellos, de los hijos de Simeón, se fueron al monte de Seir, llevando por jefes a Pelatia, Nearias, Rofaias y Oziel, hijos de Isi; 43y derrotaron a las reliquias que habían quedado de Amalec, y habitaron allí
hasta hoy.
Escuchar el Capítulo 4
1 Cf. 2,4ss.(Volver a Lectura).
24 Núm 26,12ss.(Volver a Lectura).
28 Jos 19,2ss.(Volver a Lectura).
Descendientes de Rubén
5 1Hijos de Rubén, primogénito de Israel. Era el primogénito; mas por haber manchado el lecho de su padre, el derecho de primogenitura fué dado a los hijos de José, hijo de
Israel, y no fué contado en las genealogías como primogénito. 2Judá fué en verdad poderoso entre sus hermanos, y el príncipe de ellos, pero el derecho de primogenitura fué de José.
3Hijos de Rubén, primogénito de Israel: Janoc, Palu, Hesrón y Carmí. 4Hijos de Joel: Semeia, su hijo, Gog, su hijo; Simai, su hijo; 5Mical su hijo; Reaya, su hijo; Baal, su hijo, 6y Beera, su hijo, que llevó cautivo a Asiria Teglat-Falasar, rey de Asiria; era príncipe de los rubenitas. 7Hermanos de Berám, según sus familias, tal como fueron registrados en las genealogías según sus generaciones: el primero Jeiel; Zacarías; 8Bela, hijo de Azaz, hijo de Sema, hijo de Joel. Nela habitó en Aroer, hasta Nebo y Baal-Meon; 9al oriente habitaba hasta la entrada del desierto, desde el río Éufrates, pues tenía muchos ganados
en la tierra de Galad. 10En tiempo de Saúl hicieron la guerra a los agareos, que cayeron en su poder, y habitaron en sus tiendas en todo el lado oriental de Galad.
Descendientes de Gad
11Enfrente de ellos habitaban los hijos de Gad, en la tierra de Basán, hasta Salca. 12Joel, el primero; Safán, el segundo; Jaenai y Safat, en Basán. 13Sus hermanos, según las casas de sus padres: Micael, Mesulam, Seba, Joraim, Jaecan, Zia y Eber; siete. 14He aquí los hijos de Abigail, hijo de Juri, hijo de Jaroaj, hijo de Galad, hijo de Micael, hijo de Jesisai, hijo de Jajdó, hijo de Buz; 15Aji hijo de Abdiel, hijo de Guni, era el jefe de las casas de sus padres.
16Habitaban en Galad, en Basán y en las ciudades de su dependencia, y en los ejidos de Sarón, hasta sus límites. 17Fueron registrados todos en las genealogías en tiempo de Jotam, rey de Judá, y en tiempos de Jeroboám, rey de Israel. Los hijos de Rubén y de Gad y de la media tribu de Manasés eran valerosos, llevaban escudo y espada y eran diestros en la guerra, en número de cuarenta y cuatro mil setecientos sesenta, aptos para la guerra; 19Hicieron la guerra a los agareos, a Jetur, a Nafis, y a Nodab. 20Fueron ayudados contra ellos, y los adareos y cuantos estaban con ellos cayeron en sus manos, pues durante la lucha clamaron a Dios, que los oyó por
haber confiado en Él. 21Tomaron sus ganados, cincuenta mil camellos, doscientas cincuenta mil ovejas, dos mil asnos y cien mil personas, 22pues
hubo muchos muertos, porque el combate venía de Dios. Se establecieron en su lugar, hasta el tiempo en que fueron llevados a la cautividad.
Descendientes de la media tribu de Manasés
23Los hijos de la media tribu de Manasés habitaban la región desde Basán hasta Baal Hermón, y Sanir, y la montaña de Hermón. Eran numerosos. 24He aquí los jefes de las casas de sus padres: Efer, Jisui, Elici Azriel, Jeremías, Jodavía y Jajdiel, hombres valerosos, gente de fama, jefes de las casas de sus padres. 25Pero pecaron contra el Dios de sus padres y se prostituyeron tras los dioses de las gentes de la tierra, que Dios había destruido ante ellos; 26y el Dios de Israel incitó contra ellos el espíritu de Pul, rey de Asiria, y el espíritu de Teglat-Falasar, rey de Asiria; y Teglat-Falasar llevó cautivos a rubenitas, gaditas y a la media tribu de Manasés, y los con dujo a Calaj, Jabor, Jara y al río Gozán, donde habitan hasta hoy.
Escuchar el Capítulo 5
1 Gén 35,22; 46,9.(Volver a Lectura).
8 Jos 13,15ss.(Volver a Lectura).
11 Jos 13,24ss.(Volver a Lectura).
26 2 Re 15,29.(Volver a Lectura).
Descendientes de Leví
6 1Hijos de Leví: Gersón, Caat y Merari. 2Hijos de Caat: Amram, Jitsear, Hebrón y Uziel. 3Hijos de Amram: Arón, Moisés y María. Hijos de Arón: Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar. 4Eleazar engendró a Fines; Fines engendró a Abisúa; 5Abisúa engendró a Buqui; Buqui engendró a Uzi; 6Uzi engendró a Zerajya; Zerajya engendró a Merajot; 7 Merajot engendró a Amaría; Amaría engendró a Ajitub; 8Ajitub engendró a Sadoc; Sadoc engendró a Ajimas;
9Ajimas engendró a Azaría; Azaría engendró a Jojanán; 10Jojanán engendró a Azarías, que ejerció el sacerdocio en la casa que Salomón edificó en Jerusalén; 11Azarías engendró a Amarías; 12Amarías engendró a Ajitub; Ajitub engendró a Sadoc; Sadoc engendró a Salum; 13Salum engendró a Helcías; Helcías engendró a Azarías; 14Azarías engendró a Seraia; Seraia engendró a Jeosadac; 15Jeosadac fué a la cautividad, cuando Yavé trasladó a Judá y a Jerusalén por mano de Nabucodonosor.
16Hijos de Leví: Gersón, Caat y Merari. 17He aquí los nombres de los hijos de Gersón: Libni y Simei. 18Hijos de Caat: Amram, Jitscar, Hebrón y Uziel. 19Hijos de Merari: Majli y Musi. Estas son las familias de Leví, según sus padres.
20De Gersón: Libni, su hijo; Jajat, su hijo; Zimmna, su hijo; 21Joaj, su hijo; Ido, su hijo; Zeraj, su hijo; Jeatrai, su hijo; 22Hijos de Caat: Aminadab, su hijo; Coré, su hijo; Asir, su hijo; 23Elcana, su hijo; Ebyasaf, su hijo; Asir, su hijo; 24Tajat, su hijo; Oriel, su hijo; Ozías, su hijo; Saúl, su hijo. 25Hijos de Elcana: Amasaí y Ajimot; Elcana, su hijo; 26Elcana Sofaim, su hijo; Najat, su hijo; 27Eliab, su hijo; Jerojam, su hijo; Elcana, su hijo; 28y los hijos de Samuel, el primogénito, Joel, y el segundo, Abiya. 29Hijos de Merari: Majli; Libni, su hijo; Simei, su hijo; Uza, su hijo; 30Simca, su hijo; Jaguiya, su hijo; Asuya, su hijo.
31He aquí los que puso David para dirigir el canto en la casa de Yavé, después que el arca tuvo un lugar de reposo. 32Servían de cantores ante el tabernáculo, ante la tienda de la reunión, hasta que Salomón edificó la casa de Yavé en Jerusalén, en la que hicieron su servicio según las reglas que les fueron prescritas. 33He aquí los que asistían con sus hijos: De entre los hijos de Caat, Hemán, cantor, hijo de Joel, hijo de Samuel, 34hijo de Elcana,
hijo de Jerojam, hijo de Eliel, hijo de Toaj, 35hijo de Suf, hijo de Elcana, hijo de Majat, hijo de Amasaí, 36hijo de Elcana, hijo de Joel, hijo de Azaría, hijo de Sofonía, 37hijo de Tajat, hijo de Asir, hijo de Ebiasaf, hijo de Coré, 38hijo de Jitsear, hijo de Caat, hijo de
Leví, hijo de Israel. 39Su hermano Asaf estaba a su derecha: Asaf, hijo de Baraquías, hijo de Sima, 40hijo de Micael, hijo de Basías, hijo de Malaquías, 41hijo de Aramei, hijo de Zeraj, hijo de Adaya, 42hijo de Etán, hijo de Zima, hijo de Simei, 43hijo de Jojat, hijo de Gersón, hijo de Leví. 44Además, los hijos de Merari estaban a su izquierda: Etán, hijo de Cusi, hijo de Abdi, hijo de Maluc, 45hijo de Asabías,
hijo de Amasías, hijo de Helcías, 46hijo de Amasaí, hijo de Bani, hijo de Semer, 47hijo de Majalí, hijo de Musí, hijo de Merari, hijo de Leví.
48Sus hermanos los levitas fueron puestos a todo el ministerio del tabernáculo de la casa de Dios. 49Arón y sus hijos eran los que ofrecían los sacrificios en el altar de los holocaustos y el incienso en el altar de los perfumes, cumpliendo estos servicios en el lugar santísimo y haciendo la expiación por Israel, según cuanto había mandado Moisés, siervo de Dios.
50He aquí los hijos de Arón: Eleazar, su hijo; Fines, su hijo; Abisúa, su hijo; 51Buqui, su hijo; Uzi, su hijo; Zerajya, su hijo; 52Merajot, su hijo; Amaría, su hijo; Ajitub, su hijo; 53Sadoc, su hijo; Ajima, su hijo.
54He aquí sus habitaciones según sus términos y los límites que les fueron señalados: a los hijos de Arón, de la familia de los caatitas, que fueron los primeros señalados por la suerte, 55se les dió Hebrón, en la tierra de Judá, y sus contornos; 56pero el territorio de la ciudad y sus pueblos fueron atribuidos a Caleb, hijo de Jefoné. 57A los hijos de Arón se les dieron: la ciudad de refugio de Judá, Hebrón y Lobna con sus contornos; Asan, con sus contornos; 58Jeter y Estemo, con sus contornos; Jelón y sus contornos; Davir y sus contornos; 69Asán y sus contornos; Betsames y sus contornos. 60De la tierra de Benjamín, Gueba, con sus contornos, y Anatot, con sus contornos. Todas sus ciudades fueron trece, según sus linajes.
61A los otros hijos de Caat dió la suerte diez ciudades de familias de la tribu de Efraím, de la tribu de Dan y de la media tribu de Manasés. 62Los hijos de Gersón, según sus familias, tuvieron trece ciudades de la tribu de Isacar, de la tribu de Aser, de la tribu de Neftalí y de la tribu de Manasés en Basán. 63Los hijos de Merari, según sus familias, tuvieron por suerte doce ciudades de la tribu de Rubén, de la tribu de Gad y de la tribu de Zabulón.
64Los hijos de Israel dieron a los levitas estas ciudades y sus contornos. 65Diérónles por suerte de la tribu de los hijos de Judá, de la tribu
de los hijos de Simeón, y de la tribu de los hijos de Benjamín, las ciudades que designaron con sus nombres. 66Para las otras familias de los hijos de Caat, las ciudades de su territorio fueron de la tribu de Efraím. 67Les dieron la ciudad de refugio, Siquem, y sus contornos en la montaña de Efraím; Quezer y sus contornos: 68Jocmeam y sus contornos; Betorón y sus contornos; 69Ayalón y sus contornos: Gat Rimón y sus contarnos; 70y de la media tribu de Manasés, Aner y sus contornos: Bileam y sus contornos, para las otras familias de los hijos de Caat.
71Se dió a los hijos de Gersón: de las familias de la media tribu de Manasés, Golán en Basán y sus contornos: Astarot y sus contornos; 72de la tribu de Isacar, Quedes y sus contornos; Dobrat y sus contornos; 73Ramot y sus contornos, y Anem y sus contornos; 74de la tribu de Aser, Masal y sus contornos; Abdón y sus contornos; 75Jacot y sus contornos; y Rejab y sus contornos; 76y de la tribu de Neftalí: Quedes de Galilea y sus contornos; Jammón y sus contornos, y Quiryataím y sus contornos.
77El resto de los levitas, a los hijos de Merari, se les dieron: de la tribu de Zabulón, Rimono y sus contornos y Tabor y sus contornos; 78y del otro lado del Jordán, frente a Jericó, al oriente del Jordán: de la tribu de Rubén, Betser, en el desierto, y sus contornos; Jasa y sus contornos; 79Quedemot y sus contornos; Mefat y sus contornos; 80y de la tribu de Gad, Ramot de Galad y sus contornos, y Jazer y sus contornos.
Escuchar el Capítulo 6
1 Cf 6,1ss.(Volver a Lectura).
16 Es 6,1ss; Núm 3,17ss.(Volver a Lectura).
54 Jos 21,10ss.(Volver a Lectura).
61 Jos 21,5ss.(Volver a Lectura).
66 Jos 21,20ss.(Volver a Lectura).
Descendientes de Isacar
7 1Hijos de Isacar: Tola, Túa, Jasub y Simrom, cuatro. 2Hijos de Tola: Uzi, Refaya, Jeriel, Jajmai, Jibsan y Samuel, jefes de las casas de sus padres, de Tola, hombres valerosos en sus generaciones. Su número al tiempo de David, era de veintidós mil seiscientos. 3Hijo de Uzi: Jizraya. Hijos de Jizraya: Micael, Abdías, Joel, Jisya, en todo cinco jefes. 4Tenían según sus generaciones, según las casas de sus padres, treinta y seis mil hombres armados para la guerra, pues eran muchas sus mujeres e hijos. 5Sus hermanos de todas las familias de Isacar, hombres valerosos, hacían un total de ochenta y siete mil, registrados en las genealogías.
Descendientes de Benjamín
6Hijos de Benjamín: Bela, Bequer y Jediael, tres. 7Hijos de Bela: Esbón, Uziel, Jerimot e Irir, cinco jefes de las casas de sus padres, hombres valerosos, registrados en las genealogías, en número de veintidós mil treinta y cuatro. 8Hijos de Bequer: Zemira, Joós, Eliezer, Elyoenai, Omri, Jeremot, Abiya, Anatot y Alamet, todos hijos de Bequer, 9registrados en las genealogías según sus generaciones, como jefes de las casas de sus padres, hombres valerosos, en número de veinte mil doscientos.
10Hijo de Jediael: Bilán. Hijos de Bilán: Jehús, Benjamín, Ehud, Quenana, Zetán, Tarsis y Ajisajar, 11todos hijos de Jediael, jefes de las casas
de sus padres, hombres valerosos en número de diecisiete mil doscientos, en estado de tomar las armas para ir a la guerra.
12Los Supim y los Jupim fueron hijos de Ira; y los Jusim, hijos de Ajer.
13Hijos de Neftalí: Jajasiel, Guni,Jerer y Salum, hijos de Bila.
Descendientes de Manasés
14Hijos de Manasés: Asriel, que le dió su concubina siria, que parió también a Maquir, padre de Galad. 15Maquir tomó una mujer de los Jupim y Supim. La hermana se llamaba Maaca. El nombre de su segundo hijo fué Selofjad. Selofjad tuvo hijas. 16Maaca, mujer de Maquir, parió un hijo y le llamó Peres; su hermano se llamó Seres, 17y fueron sus hijos Ulam y Requem. Hijo de Ulam: Bedán. Estos son los hijos de Galad, hijo de Maquir, hijo de Manasés.
18Su hermana Hamolequet parió a Isjod, a Abiezer y a Majla. 19Los hijos de Semida fueron: Ajiam, Siquem, Liqji y Aniam.
Descendientes de Efraím
20Hijos de Efraím: Sutelaj, Bered, su hijo: Tajar, su hijo; Eleada, su hijo; Tajat, su hijo; 21Zabad, su hijo; Sutelaj, su hijo; Ezer y Elcad. Los hombres de Gat naturales del territorio los mataron cuando bajaban para recoger sus ganados. 22Efraím, su padre, hizo mucho tiempo duelo por ellos, y sus hermanos vinieron a consolarle. 23Después entró a su mujer, que concibió y parió un hijo, llamándole Beria, porque su casa estaba en la desgracia.
24Tuvo por hija a Sera, que edificó a Betorón, el bajo y el alto, y a Uzensera. 25Reaj, su hijo, y Reset; Telaj, su hijo; Tajan, su hijo; 26Laedán, su hijo; Amihud, su hijo; Elisama, su hijo; 27Nun, su hijo; Josué, su hijo.
28Tenían por posesión y habitación Betel y las ciudades de su dependencia; al oriente, Narón; al occidente, Guezer y las ciudades de su dependencia; Siquem y las ciudades de su dependencia, hasta Gaza y las ciudades de su dependencia. 29Los hijos de Manasés poseían Bet-Sean y las ciudades de su dependencia. Tanac y las ciudades de su dependencia, Megiddo y las ciudades de su dependencia, Dor y las ciudades de su dependencia. En estas ciudades habitaron los hijos de José, hijo de Israel.
Descendientes de Aser
30HHijos de Aser: Jimna, Jisva, Jisvi, y Beria, y Seraj su hermana. 31Hijos de Beria: Jeber y Malquiel. Malquiel fué padre de Birzavit, 32y Jeber engendró a Jaflet, Somer, Jotán y a Súa, su hermana. 33Hijos de Jaflet: Pasac, Bimal y Asevat. Estos son los hijos de Jaflet. 34Hijos de Somer: Ají, Roega, Juba y Aram. 35Hijos de Elem, su hermano: Sofaj, Jimna, Seles y Amal. 36Hijos de Sofaj: Suaj, Jarnefer, Sual, Biri, Jimra, 37Baser, Hod, Samma, Silsa, Jitrán y Beera. 38Hijos de Jeter: Jefoné, Pispa y Ara. 39Hijos de Ula: Araj, Janiel y Risya. 40Todos estos hijos de Aser, jefes de las casas de sus padres, hombres selectos y valerosos, jefes de príncipes, registrados en número de veintiséis mil hombres en estado de tomar las armas para la guerra.
Escuchar el Capítulo 7
1 Gén 46,13; núm 26,23.(Volver a Lectura).
6 Cf. 8,1-6. Gén 46,21; Núm 26,38ss.(Volver a Lectura).
13 Gén 46,24; Núm 26,48s.(Volver a Lectura).
14 Cf. 5,23ss; Núm 26,29; Jos 17,2ss.(Volver a Lectura).
20 Núm 26,35ss.(Volver a Lectura).
30 Gén 46,17; Núm 26,44.(Volver a Lectura).
Descendientes de Benjamín
8 1Benjamín engendró a Bela, su primogénito; Asbel, el segundo; Ajraj, el tercero; 2Noja, el cuarto, y Rafa, el quinto. 3Hijos de Bela: Adar, Guera, Abihud, 4Abisúa, Namán, Ajoaj, 5Guera, Sefufán y Juram. 6He aquí los hijos de Ejud, que eran jefes de familias entre los habitantes de Gueba, y fueron a Manajat: 7Namán, Ajías y Guera. Este los condujo y engendró a Uza y Ajud.
8Sajaraín engendró hijos en la tierra de Moab, después de haber dejado a Jusim y a Bara, que eran sus mujeres. 9Tuvo de Jodes, su mujer: a Jobab, Sibia, Mesa, Malcam, 10Jeus, Sequiya y Mirma. Estos son sus hijos, jefes de familia. 11Tuvo de Jusim: Abitub y Elpaal. 12Hijos
de Elpaal: Heber, Misan y Semed, que edificó Ono, Lod y las ciudades de su dependencia. 13Beria y Sema, que eran jefes de familia entre los habitantes de Ayalón, hicieron huir a los habitantes de Get.
14Ajio, Sasac, Jeremot, 15Zebadías, Arad, Heder, 16 Micael, Jispa y Joja, hijos de Beerías. 17Zebadías, Mesulam, Jizgui, Jeber, 18Jismerai, Jizlia y Jobab, hijos de Elpaal.
19Jaquim, Zicri, Zabdi, 20Elyoenai, Silitai, Eliel, 21Adaia, Baraya, Semarat, hijos de Semeí. 22Jispán, Eber, Eliel, 23Adón, Zicri, Janán, 24Jananía, Hetam, Anatotías, 25Jifdaías y Peniel, hijos de Sasac. 26Samserai, Setarías, Atalía, Atolía, 27Jarsias, Elías, Zicri, hijos de Jerojam.
28Estos eran jefes de familias según sus linajes. Habitaban en Jerusalén.
29El padre de Gabaón habitaba en Gabaón. El nombre de su mujer fué Maaca, 30Abdón su hijo primogénito: después Sur, Quis, Baal, Nadab, 31Guedor, Ajía y Zequer. 32Mielot engendró a Simea. Estos habitaron también con sus hermanos en Jerusalén. 33Ner engendró a Quis; Quis engendró a Saúl; Saúl engendró a Jonatán, Malquisua, Abinadab y Esbal. 34Hijo de Jonatán fué Meribaal, y Meribaal engendró a Mica. 35Hijos de Mica: Pitón, Melec, Tarea y Ajaz. 36Ajaz engendró a Joada; Joada engendró a Alemet, Azmavet y Zimri; Zimri engendró a Mosa, 37y Mosa engendró a Bina; Rafa, su hijo; Eleasa, su hijo; Asel, su hijo; 38Asel tuvo seis hijos: Arricam, Bocru, Ismael, Searías, Obadías y Jonán. Estos fueron hijos de Asel. 39Los hijos de Esec, su hermano; UJán, su primogénito; Jehú, el segundo; Elifelet, el tercero. 40Los hijos de Ulán eran fuertes y valerosos, diestros arqueros. Tuvieron muchos hijos y nietos, ciento cincuenta.
Escuchar el Capítulo 8
Habitantes de Jerusalén a la vuelta de la cautividad
9 1Todo Israel está registrado en las genealogías e inscrito en el libro de los reyes de Israel.
Judá fue por sus infidelidades llevado cautivo a Babilonia. 2Los primeros habitantes que entraron en sus posesiones, en sus ciudades, eran israelitas, sacerdotes, levitas y netineos. 3En Jerusalén habitaron hijos de Judá, hijos de Benjamín e hijos de Efraím y Mansés. De los hijos de Peres, hijo de Juda: 4Utai, hijo de Amiud, hijo de Omri; hijo de Imri, hijo de Bani. 5De los silonitas: Asaya, el primogénito, y sus hijos. 6De los hijos de Zerej: Jehuel y sus hermanos, seiscientos noventa. 7De los hijos de Benjamín: Salu, hijo de Mesulan, hijo de Jodavía, hijo de Asenúa; 8Jibnea, hijo de Jerojam; Ela, hijo de Uzi, hijo de Micri; Mesulam, hijo de Sefatya, hijo de Beuel, hijo de Jibniya; 9y sus hermanos, según sus
generaciones, novecientos cincuenta y seis. Todos éstos eran jefes de familias en las casas de sus padres.
10Sacerdotes: Jedaya, Jeoyarib; Jaquim, 11Azaría, hijo de Helcías, hijo de Mesulan, hijo de Sadoc, hijo
de Merayot, hijo de Ajitub, jefe de la casa de Dios; 12Adaya, hijo de Jerojam, hijo de Pasjur, hijo de Malquiya; Maesai, hijo de Adiel, hijo de Jajzerat, hijo de Mesulam, hijo de Mesilamit, hijo de Immer, 13y sus hermanos, jefes de las casas de sus padres, mil setecientos sesenta hombres vigorosos, ocupados en el servicio de la casa de Dios.
14De los levitas: Semeya, hijo de Jasub, hijo de Arricam, hijo de Jasabía, de los hijos de Merari: 15Bacbacar, Jeres, Galal, Matania, hijo de Miqueas, hijo de Zicri, hijo de Asaf; 16Abdías, hijo de Semeya, hijo de Glalal, hijo de Jedutum: Berequías, hijo de Asa, hijo de Elcana, que habitó en los poblados de Netopat. 17Y los porteros: Salum, Acub, Talmón, Ajmán y sus hermanos; Salum era el jefe, y hasta ahora está a la puerta del rey, a oriente.
18Estos son los porteros de entre los levitas. 19Salum, hijo de Coré, hijo de Ebiasaf, hijo de Coraj, y sus hermanos de la casa de su padre. Los coreítas tenían a su cargo la guardia de la entrada de la tienda; sus padres habían hecho la guardia de la entrada al campo de Yavé, 20y Fines, hijo de Eleazar, fué antes su jefe. Y Yavé estuvo con él. 21Zacarías, hijo de Meselemía, era portero de la entrada de la tienda de la reunión.
22Eran, en todo, ciento doce elegidos para porteros de la entrada, y registrados en las genealogías según sus ciudades. David y Samuel, el vidente, los habían nombrado para sus funciones. 23Ellos y sus hijos guardaban las puertas de la casa de Yavé y de la casa de la tienda. 24Había porteros a los cuatro vientos, a oriente y a occidente, a norte y a mediodía. 25Sus hermanos, que habitaban en sus ciudades, tenían que venir de tiempo en tiempo por siete días; 26pero estos cuatro jefes de los porteros, estos levitas, estaban siempre en funciones, y tenían además a su cargo la vigilancia de las cámaras y de los tesoros de la casa de Dios; 27pasaban la noche en torno a la casa de Dios, cuya guarda tenían, y habían de abrir cada mañana.
28Algunos levitas estaban al cuidado de los utensilios de servicio, que recibían por cuenta y entregaban por cuenta. 29Otros cuidaban de todos los utensilios del santuario, sobre la harina de flor, el vino, el aceite, el incienso y los aromas. 30Los hijos de los sacerdotes hacían la mezcla de los perfumes aromáticos. 31Matitiya, uno de los levitas,
primogénito de Salum, coreíta, se cuidaba de las tortas fritas en sartén; 32y algunos de sus hermanos de entre los caatitas tenían a su cargo preparar para cada sábado los panes de la proposición. 33Estos son los cantores, jefes de familia de los levitas, que moraban en las cámaras, exentos de toda otra función, porque de día y de noche estaban en la suya. 34Eran los jefes de familia de los levitas, jefes según sus generaciones. Habitaban en Jerusalén.
35El padre de Gabaón, Jeiel, habitaba en Gabaón, y el nombre de su mujer era Maaca. 36Abdón, su hijo, primogénito; después Sur, Quis, Baal, Ner, Nadab, 37Gedor, Ajio, Zacarías y Miclot. 38 Miclot engendró a Samán. Estos habitaban también en Jerusalén junto a sus hermanos, con sus hermanos. 39Ner engendró a Quis; Quis engendró a Saúl; Saúl engendró a Jonatán, Malquisúa, Abinadab y Esbaal. 40Hijo de Jonatán: Meribaal; Meribaal engendró a Mica. 41Hijos de Mica: Pitón, Melec y Tajrea. 42Ajaz engendró a Jaera, Jaera engrendró a Alemet, Azmavet y Zimri; Zimri engendró a Mosa; 43Mosa engendró a Binca; Rafaya, su hijo; Eleasar, su hijo; Asel, su hijo. 44Asel tuvo seis hijos, cuyos nombres son: Azricam, Bocru, Ismael, Searía, Abdías y Janán. Estos son los hijos de Asel.
Escuchar el Capítulo 9
1 Esd 2,1ss.; Neh 7,1ss; 11,1ss.(Volver a Lectura).
44 Todos estos documentos, al parecer sin interés para la historia de Israel, eran de grande importancia para la comunidad israelita, que vivía en torno del templo, para conocer los orígenes de las familias y para tejer las genealogías de las mismas (CF. Esd 2,62ss).(Volver a Lectura).
Muerte de Saul
10 1Los filisteos dieron la batalla a Israel, y los hombres de Israel huyeron ante los filisteos, y
cayeron muchos muertos en el monte de Gelboe. 2Los filisteos persiguieron a Saúl y a sus hijos, y mataron a Jonatán, Abinadab y Malquisúa, hijos de Saúl. 3El peso de la batalla cargó sobre Saúl; y viéndose descubierto por los arqueros, se apoderó de él la angustia ante sus dardos. 4Entonces dijo Saúl a su escudero: «Saca tu espada y traspásame con ella, no vengan esos incircuncisos y me escarnezcan»; pero su escudero no quiso, por temor. Entonces cogió
Saúl su espada, y se echó sobre ella. 5El escudero de Saúl, viéndole muerto, se echó también sobre su espada, y murió. 6Así perecieron Saúl y sus tres hijos, pereciendo con ellos toda su casa. 7Todos los de Israel que estaban en el valle, viendo que habían huido los hombres, y que Saúl y sus hijos eran muertos, dejaron sus ciudades para ponerse también en fuga, y los filisteos se apoderaron de ellas.
8Al día siguiente vinieron los filisteos para despojar a los muertos, y hallaron a Saúl y a sus hijos caídos
en el monte de Gelboe. 9Los despojaron y se llevaron su cabeza y sus armas, e hicieron pregonar las buenas noticias por toda la tierra de los filisteos, a sus ídolos y al pueblo.
10Pusieron las armas de Saúl en el templo de su dios, y colgaron su cabeza en el templo de Dagón. 11Todos los de Jabes Galad, al saber lo que los filisteos habían hecho con Saúl, 12se levantaron todos los hombres útiles, y tomaron el cuerpo de Saúl y los de sus hijos, y los transportaron a Jabes, y allí los sepultaron bajo la encina de Jabes, y ayunaron por siete días.
13Murió Saúl porque se había hecho culpable de infidelidad hacia Yavé, cuyas palabras no guardó, y por haber preguntado y consultado a los evocadores de los muertos. 14No obedeció a Yavé, y Yavé le hizo morir, y transfirió el reino a David, hijo de Isaí.
Escuchar el Capítulo 10
1 El relato de este capítulo concuerda con I Sam 31, al cual añade los vv. 13ss, sobre las causas de la muerte de Saúl y sus hijos y la reprobación de su dinastía. Son las únicas palabras que nuestro autor consagra al primer rey de Israel que fue por Dios reprobado.(Volver a Lectura).
David, rey
11 1Todo Israel se congregó en torno a David en Hebrón, diciendo: «Mira: tú eres hueso de nuestro hueso y carne de nuestra carne.
2Ya antes, aun reinando Saúl, eras tú el que sacabas y volvías a Israel. Yavé, tu Dios, te ha dicho: «Tú apacentarás a mi pueblo, Israel, y tú serás el jefe de mi pueblo, Israel».
3Así todos los ancianos de Israel vinieron al rey a Hebrón, y David hizo con ellos alianza en Hebrón, ante Yavé. Ungieron a David por rey de Israel, según la palabra de Yavé, pronunciada por Samuel.
4Marchó David con todo Israel contra Jerusalén, que es Jebús. Habitaban allí los jebuseos; 5y los de Jebús dijeron a David: «No entrarás tú aquí.» Pero David se apoderó de la fortaleza de Sión, que es la ciudad de David. 6David había dicho: «El que primero hiera al jebuseo será jefe y príncipe.» Y fué el primero en subir Joab, hijo de Sarvia, y fué hecho jefe. 7David se estableció en la fortaleza, que por esto se llamó la ciudad de David. 8Edificó la ciudad en derredor, desde el terraplén, y Joab reconstruyó el resto de la ciudad. 9David vino a ser de día en día más grande, y Yavé Sebaot estaba con él.
Los valientes de David
10He aquí los primeros de los valientes que seguían a David y que le ayudaron con todo Israel a asegurar su dominación, y hacerle rey de Israel según la palabra de Yavé.
11He aquí por sus nombres los valientes que seguían a David: Jasobán, hijo de Jacmoni, jefe de los treinta. Blandió su lanza contra trescientos hombres, que derrotó de una vez.
12Después de él Eleazar, hijo de Dodo, ajojita, otro de los tres.
13Estaba éste con David en Pas Damim, donde los filisteos se habían reunido para la lucha; había allí una haza llena de cebada, y huyendo ya el pueblo ante los filisteos, 14se puso en medio de la haza y la defendió, derrotando a los filisteos, y obrando Yavé una gran salvación.
15Tres de los treinta bajaron a donde estaba David, a la roca de la caverna de Odolám, cuando estaban acampados los filisteos en el valle de Refaím.
16Estaba David en la fortaleza y los filisteos tenían una guarnición en Betlejem. 17Se le ocurrió a David decir: «¡Quién me diera poder beber agua de la cisterna que está a la puerta de Betlejem»
18Y entonces los tres, pasando a través del campamento de los filisteos, cogieron agua de la cisterna que hay a la puerta de Betlejem; y llevándola, se la presentaron a David; pero David se negó a bebería y la derramó ante Yavé, diciendo: 19«Líbreme Dios de hacer tal cosa. ¿Voy a beber yo la sangre de estos hombres, que a riesgo de su vida han ido allá?» Porque era ciertamente con riesgo de la vida como la habían traído, y no quiso beberla. Esto hicieron los tres valientes.
20Abisai, hermano de Joab, era jefe de los treinta. Blandió su lanza contra trescientos, que mató, 21y tuvo renombre entre los treinta, y era entre ellos muy considerado, pero no llegaba a los tres primeros.
22Banaia, hijo de Joyada, que era hombre de mucho valor y célebre por sus hazañas, un día de nieve, bajando a una cisterna, mató a un león.
23Mató también a un egipcio que tenía cinco codos de estatura, y cuya lanza era como un enjullo de tejedor. Bajó contra él con un palo y le arrancó de la mano la lanza, con la que le mató. 24Esto hizo Banaia, hijo de Joyada, que tuvo gran renombre entre los treinta. 25Fué muy considerado entre los treinta, pero no llegaba a los tres primeros, David le puso al frente de su guardia.
26Los valientes del ejército: Azael, hermano de Joab; Eleana, hijo de Dodo, de Betlehem; 27Samot, de Haror, y Eles, pelonita; 28Ira, hijo de Iques, tecuita; Abiezer de Anatot;
29Sibeca, jusatita; Ilai, ajusita;
30Maharai, netofatita; Jeled, hijo de Baana, netofatita; 31Itai, hijo de Ribai, de Gueba, de los hijos de Benjamín; Banaías, faratonita; 32Jurai, de los valles de Gas; Abiel, arbatita; 33Azmavet, bajarumita; Eliajba, salbonita; 34Jasem, agunita; Jonatán, hijo de Sague, de Haror; 35Aliam, hijo de Sacar, de Haror, Elifal, hijo de Ur; 36Efer, de Mequera; Ajiya, de Palón; 37Jesro, del Carmel; Naraí, hijo de Esbaí; 38Joel, hermano de Natán; Mibjar, hijo de Hagri; 39Seleco, amonita; Najraí, de Berot, escudero de Joab, hijo de Sarvia; 40Ira, de Jeter; Gareb, de Jeter; 41Urías, geteo; Zabad, hijo de Ajlaí; 42Adina, hijo de Sira, rubenita, jefe de los rubenitas, y treinta con él; 43Jonán, hijo de Maaca; Josafat, de Mituí; 44Ozías, de Astarot; Sama y Jetiel, hijos de Jotam, de Haror; 45Jediael, hijo de Simrí; Joja, su hermano, fisaíta;
46Eliel, de Majavim, Jeribaí y Josavía, hijos de Elnaam; Jitma, moabita, 47Eliel, Obed y Joasiel, de Mesobía.
Escuchar el Capítulo 11
1 El autor sagrado omite aquí lo que en 2 Sam se nos cuenta de la lucha civil hasta el conocimiento de David por todas las tribus.(Volver a Lectura).
10 Los méritos de estos laureados de primera clase se leen en 2 Sam 23,8-17.(Volver a Lectura).
20 La lista de los treinta de segunda clase se halla casi completa a continuación de los primeros en 2 Sam 23,18-39.(Volver a Lectura).
Guerreros que se unieron a David ya en tiempos de Saúl
12 1Estos son los que vinieron a unirse a David, en Siceleg, cuando estaba alejado de Saúl, hijo de Quis, y fueron parte de los valientes que le prestaron su ayuda durante la guerra. 2Eran arqueros que tiraban piedras lo mismo con la mano derecha que con la izquierda, y disparaban flechas con el arco. Eran de Benjamín, del número de los hermanos de Saúl. 3El jefe era Ajiezar; Joás, hijo de Sema, de Guibea; Jeriel y Pelet, hijos de Azmavet; Beraca; Jehú, de Anatot; 4Jismaeya, de Gabaón, valiente entre los treinta y jefe de los treinta; Jeremías, Jajaziel, Jojanán, Jozabad, de Gueder; 5Eluzai, Jerimot, Bealia, Semarías, Sefatías, de Jarif; 6Elcana, Jisjiva, Azazel, Joezer y Jesobeam, corejitas; 7Joela y Zebadías, hijos de Jerojam, de Guedor.
8También de entre los gaditas fueron hombres valientes a unirse a David, en la fortaleza del desierto, soldados diestros en la guerra, armados de escudo y lanza, semejantes a leones y ligeros como cabras monteses.
9Ezer, el jefe; Abdías, el segundo, Eliab, el tercero; 10Mismana, el cuarto; Jeremías, el quinto; 11Ataí, el sexto; Eliel, el séptimo; 12Jojanán, el octavo; Elzabad, el noveno; 13Jeremías, el décimo; Maebanai, el undécimo. 14Eran hijos de Gad, jefes del ejército. Uno solo, el menor de todos, era capaz de atacar a cien hombres, y el mayor a mil. 15Estos fueron los que pasaron el Jordán en el mes primero, cuando se desbordaba por todas sus márgenes, y pusieron en fuga a todos los habitantes de los valles, a oriente y a occidente.
16Hubo también de entre los hijos de Benjamín y de Judá quienes se unieron a David en la fortaleza. 17David les salió al encuentro y les dijo: «Si venís a mi con buenas intenciones, para ayudarme, mi corazón se apegará a vosotros; pero si es para engañarme en provecho de mis enemigos, estando mis manos limpias de iniquidad, véalo el Dios de nuestros padres y que Él os lo demande». 18Entonces se revistió del espíritu Amasaí, uno de los jefes principales, y dijo: «A ti y a tu pueblo, hijo de
Isaí, paz. Paz a ti y a cuantos te ayudan, pues te ayuda a ti tu Dios». David los recibió, y los hizo jefes de las tropas.
19También de los hijos de Manasés vinieron a unirse a David, cuando vino con los filisteos a la batalla contra Saúl, aunque no combatió, porque los príncipes de los filisteos, habido consejo, le despidieron diciendo: «Se pasaría a Saúl con peligro de nuestras cabezas». 20Cuando retornó a Siceleg, éstos fueron los que de Manasés se le unieron: Adnas, Jozabad, Jediael, Micael, Jozabad, Elital, y Siltaí, jefes de millares de Manasés.
21Ayudaron a David a organizar las tropas, pues eran todos hombres valerosos y fueron jefes en el ejército. 22De día en día llegaban gentes a unirse a David, hasta que vino a tener un gran ejército, como un ejército de Dios.
Guerreros de las doce tribus que vinieron a Hebrón para hacer rey a David
23He aquí el número de hombres de guerra que armados vinieron a David, a Hebrón, para transferirle el reino de Saúl, según el mandato de Yavé:
24Hijos de Judá, armados de escudo y lanza, seis mil ochocientos hombres de guerra. 25De los hijos de Simeón, hombres valerosos para la guerra, siete mil ciento. 26De los hijos de Leví, cuatro mil seiscientos; 27y Joyada, príncipe de Arón, y con él tres mil setecientos; y Sadoe, joven valeroso, con veintidós de los principales de la casa de su padre. 29De los hijos de Benjamín, hermanos de Saúl, tres mil, pues hasta entonces la mayor parte de ellos habían permanecido fieles a la casa de Saúl. 30De los hijos de Efraím, veinte mil ochocientos hombres valientes, gentes de renombre, según las casas de sus padres. 31De la media tribu de Manasés, dieciocho mil, que fueron nominalmente designados para ir a proclamar rey a David. 32De los hijos de Isacar, doscientos jefes, hombres inteligentes, sabedores de lo que había de hacer Israel, y cuyo consejo era respetado por todos. 33De
Zabulón, cincuenta mil, en estado de tomar las armas y provistos de toda clase de armas para el combate, prestos a librar batalla con ánimo resuelto. 34De Neftalí, mil jefes, y con ellos treinta y siete mil soldados, que llevaban escudo y lanza. 35De Dan, armados para la guerra, veintiocho mil seiscientos. 36De Aser, hombres de guerra prestos para el combate, cuarenta mil. 37Y del otro lado del Jordán, de los rubenitas, gaditas y de la media tribu de Manasés, ciento veinte mil armados de todas armas.
38Todos estos hombres, gente de guerra, prestos para el combate, llegaron a Hebrón con leal corazón para hacer a David rey de todo Israel, y todo el resto de Israel estaba igualmente unánime en querer a David por rey. 39Estuvieron allí tres días con
David, comiendo y bebiendo, pues sus hermanos los habían provisto de víveres, 40y aun los que habitaban cerca, hasta Isacar y Zabulón y Neftalí, trajeron en asnos, camellos, mulos y bueyes, pan, harina, masas de higos y pasas, vino, aceite, bueyes y ovejas en abundancia, porque Israel estaba en alegría.
Escuchar el Capítulo 12
1 Cuando David, huyendo de la persecución de Saúl, se retiró a la caverna de Odulam, se encontró a la cabeza de 400 hombres, que acudieron a él y le tomaron por caudillo (I Sam 22,1ss). Estos se elevaron a 600 cuando más tarde se retiró a la Filistea (27,2). En este capítulo de las Crónicas (1-22) se nos da la lista de los campeones de esta tropa.(Volver a Lectura).
23 Muerto Isbaal, el único representante de la dinastía de Saúl, las tribus que le seguían se volvieron a David, y en Hebrón le reconocieron como rey de todo Israel. En esta segunda porción del capítulo (23-40) se nos dan las cifras de los hombres que de las varias tribus de Israel vinieron a engrosar su ejército. La suma de todos alcanza la cifra de 235.500. Acerca de estas cifras, como de otras muchas de este libro, habría que repetir lo dicho en casos análogos del Exodo y de los números (cf. Introducción al Exodo, n.5).(Volver a Lectura).
El arca, depositada por David en la casa de Obededom
13 1Tuvo David consejo con los jefes de millares y de centenas, con todos los príncipes, 2y dijo a toda la asamblea de Israel: «Si os parece bien, y que la cosa viene de Yavé, nuestro Dios, vamos a mandar a todas partes a nuestros hermanos que están por todo Israel, a los sacerdotes y a los levitas en las ciudades que habitan, para que vengan a reunirse con nosotros 3y traigamos el arca de nuestro Dios, pues no nos hemos cuidado de esto desde el tiempo de Saúl». 4Toda la asamblea resolvió hacer así, pues la cosa pareció conveniente a todo el pueblo.
5Reunió, pues, David a todo el pueblo, desde el Sijor de Egipto hasta el camino de Hamat, para traer de Cariatiarim el arca de Dios; 6y subió
David con todo Israel a Baala de Cariatiarim, que está en Judá, para trasladar de allí el arca de Dios, ante la cual se invoca el nombre de Yavé, que se sienta entre los querubines.
7Pusieron el arca de Dios sobre un carro nuevo, y la llevaron de la casa de Abinadab. Conducían el carro Uza y Ajió.
8David y todo Israel danzaban ante el arca con todas sus fuerzas y cantaban y tocaban arpas, salterios y tímpanos, címbalos y trompetas.
9Cuando llegaron a la era de Cidón, Uza tendió la mano para coger el arca, porque los bueyes la ladeaban; 10se encendió la cólera de Yavé contra Uza, y Yavé le hirió por haber tendido la mano sobre el arca. Uza murió allí ante Dios. 11David se apesadumbró porque había herido Dios a Uza con tal castigo, y aquel lugar se llamó hasta hoy Peres Uza. 12David entró aquel día en temor, y dijo: «¿Cómo voy a traer a mí el arca de Dios?»; 13y no llevó el arca de Dios con él a la ciudad de David sino que la hizo llevar a la casa de Obededom, de Get. 14Allí quedó por tres meses el arca en la casa de Obededom, y Yavé bendijo la casa de Obededom y cuanto le pertenecía.
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1 El primer cuidado de David después de instalado en Jerusalén fue trasladar a ella el arca de Dios para atender mejor al culto de Yavé y al mismo tiempo realzar el prestigio de la nueva capital, y con esto el de la monarquía. La primera etapa de este traslado hasta la casa de Obededom se lee en 2 Sam 6,1-10. En las Crónicas se advierte como característico el concurso de los sacerdotes y levitas (13,2). L solemnidad se aumenta con las danzas sagradas de David y de todo Israel (v. 8).(Volver a Lectura).
Victorias de David sobre los filisteos
14 1Hiram, rey de Tiro, mandó embajadores a David y le proporcionó madera de cedro, canteros y carpinteros, para que edificaran su casa. 2Conoció David que Yavé afirmaba su dominio sobre Israel, y que ensalzaba su reino, por amor de Israel, su pueblo. 3David tomó enton ces mujeres en Jerusalén, y tuvo hijos e hijas. 4Los nombres de los que le nacieron en Jerusalén son: Samua, Sibab, Natán, Salomón, 5Jibjar, Elisúa, Elfelet, 6Noga, Nefeg, Jafia, 7Elisama, Beeliada y Elifelet.
8Cuando los filisteos supieron que David había sido ungido rey de todo Israel, subieron todos en busca suya, y David, que lo supo, les salió al paso. 9Llegaron los filisteos y se desparramaron por el valle de Refaím.
10David consultó a Dios, preguntando: «¿Subiré contra los filisteos, y los entregarás en mis manos?» Y Yavé le dijo: «Sube, y los entregaré en tus manos».
11Subieron ellos a Baal Perasim, donde David los derrotó. Luego dijo: «David ha dispersado por mi mano a mis enemigos, como rotura de aguas que se derraman». Por eso se dió a aquel lugar el nombre de Baal Perasim. 12Se dejaron allí sus dioses, que por orden de David fueron quemados en el fuego.
13Los filisteos invadieron de nuevo el valle, 14y David consultó de nuevo a Dios, y Dios le dijo: «No subas contra ellos. Rodéalos, y échate sobre ellos desde delante de las balsameras. 15Cuando entre las balsameras oigas un estruendo, sal luego y atácalos, que irá Dios delante de ti, para derrotar el campo de los filisteos. 16Hizo David como Dios le mandara, y derrotó a los filisteos, desde Gabaón hasta Guezer. 17La fama de
David se extendía por todas aquellas tierras, y puso Yavé sobre todas las gentes el temor de David.
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Traslado del arca a Jerusalén
15 1David hizo casa para sí en la ciudad de David, y preparó un lugar para el arca de Dios, alzando para ella una tienda. 2Entonces se dijo: «El arca de Dios no debe
ser transportada sino por los levitas, porque son los que eligió Yavé para trasladarla y para hacer su servicio por siempre. 3Reunió, pues, David a todo Israel en Jerusalén, para subir el arca de Yavé al lugar que le había dispuesto. 4Reunió a los hijos de Arón y a los levitas. 5De los hijos de Caat, a Uriel, el jefe y sus hermanos, ciento veinte; 6de los hijos de Merari, Asaya, jefe y sus hermanos, doscientos veinte; 7de los hijos de Gersón, Joel, jefe y sus hermanos, ciento treinta; 8de los hijos de Elisafán, Semeya, jefe y sus hermanos, doscientos; 9de los hijos de Hebrón,
Eliel, jefe y sus hermanos ochenta; 10de los hijos de Uziel, Aminadab, jefe y sus hermanos, ciento doce. 11David llamó a los sacerdotes Sadoc
y Abiatar, y a los levitas Uriel, Asaya, Joel, Semeya, Eliel y Aminadab, 12y les dijo: «Vosotros sois los jefes de familias de los levitas; santificaos
vosotros y vuestros hermanos, para subir el arca de Yavé, del Dios de Israel, al lugar que yo le he preparado. 13Por no estar vosotros allí la primera vez, Yavé, nuestro Dios, nos castigó, porque no fuimos a buscarle según la ley.
14Santificáronse los sacerdotes y los levitas para subir el arca de Yavé, Dios de Israel. 15Los hijos de los levitas llevaban el arca de Dios en hombros, con sus barras, como lo había ordenado Moisés, según el mandato de Yavé. 16David mandó a los jefes de los levitas que dispusieran a sus hermanos los cantores, que hiciesen resonar los instrumentos músicos, arpas, salterios y címbalos, en señal de regocijo;
17y los levitas designaron a Hernán, hijo de Joel, y de sus hermanos, a Asaf, hijo de Nerequia; y de entre los hijos de Merari, de sus hermanos, a Etán, hijo de Cusaya; 18después, con ellos, sus hermanos del segundo orden: Zacarías, Joaziel, Semiramot, Jejiel, Uní, Eliab, Banaias, Maaseyas, Matatías, Elifele, Miemas, Obededom y Jeiel, porteros. 19Los catorce, Hernán, Asaf y Etan, llevaban címbalos de bronce para hacerlos resonar; 20Zacarías, Aziel, Semiramot, Jejiel, Uni, Eliab, Maaseyas y Benaya, llevaban salterios templados para las voces altas; 21y Matatías, Elifele, Mieneya, Obededom, Jijiel y Azazías, con cítaras acordadas a la octava; 22y Quenayas, jefe de los levitas, dirigía el canto, pues tenía mucho conocimiento de él. 23Berequías y Elcana eran los porteros del arca; 24y Sebanías, Josafat, Natanael, Amasaí, Zacarías, Benayas y Eliezer, sacerdotes, tocaban las trompetas delante del arca de Dios. Obededom y Jijías eran también porteros del arca.
25David, pues, los ancianos de Israel y los jefes de millares, fueron a traer el arca de la alianza de Yavé desde la casa de Obededom, con gran
alegría. 26Los levitas, asistidos de Dios, llevaban el arca de la alianza de Yavé, y se sacrificaron siete novillos y siete carneros. 27David iba vestido de un manto de byso, lo mismo que todos los levitas que llevaban el arca, los cantores y Quenanía, jefe de la música entre los cantores. Llevaba David también sobre sí el efod de lino.
28De esta manera llevó todo Israel el arca de la alianza de Yavé entre gritos de júbilo, al son de las bocinas, las trompetas, los címbalos, los salterios y las cítaras. 29Cuando el arca de la alianza de Yavé llegó a la ciudad de David, Micol, hija de Saúl, mirando por una ventana, vió al rey
David saltando y bailando delante del arca, y le menospreció en su corazón.
Escuchar el Capítulo 15
1 El accidente de Uza interrumpió a medio camino el traslado del arca. La solemnidad de la traslación, que ocupa dos capítulos, supera en mucho al relato breve de Samuel.(Volver a Lectura).
16 1Traída el arca de Dios, pusiéronla en medio de la tienda que David había alzado para ella, y ofrecieron ante Dios holocaustos y sacrificios eucarísticos. 2Cuando hubo acabado David de ofrecer los holocaustos y los sacrificios eucarísticos, bendijo al pueblo en nombre de Yavé, 3y distribuyó a todo Israel, hombres y mujeres, a cada uno una porción de pan, de carne y de uvas pasas.
4Puso levitas al servicio del arca de Yavé, para que invocaran, alabaran y ensalzaran a Yavé, Dios de Israel. 5Fueron Asaf, el jefe; Zacarías, el segundo después de él; Uziel, Semiramot, Jejiel, Matatías, Eliab, 6Banaya, Obededom y Jeiel, con instrumentos músicos, salterios y arpas, y Asaf era el que hacía sonar los címbalos. Los sacerdotes Benaya y Jojaziel tocaban continuamente las trompetas delante del arca de la alianza de Dios. 7Aquel día dió David a Asaf y a sus hermanos por primera vez, para cantar las alabanzas de Yavé, este canto:
8«Alabad a Yavé, invocad su nombre,
Pregonad a los pueblos sus hazañas.
9Cantadle, cantad salmos en su honor,
Contad todos sus portentos.
10Gloriaos en su santo nombre, alégrese el corazón de los que buscan a Yavé.
11Buscad a Yavé y fortaleceos, Buscad siempre su rostro.
12Recordad cuántas maravillas ha obrado,
sus prodigios, los juicios de su boca,
13Descendientes de Abraham, su siervo,
Hijos de Jacob, su elegido.
14Es Yavé nuestro Dios,
Por la tierra toda prevalecen sus juicios.
15Fielmente se ha acordado siempre de su alianza,
De sus promesas para mil generaciones,
16De lo que pactó con Abraham,
De lo que juró a Isac,
17De lo que firmemente estableció con Jacob,
Y con Israel como pacto eterno,
18Diciendo: A ti te daré la tierra de Canán
Como porción de vuestra heredad.
19Eran entonces poco numerosos,
Poco numerosos y extranjeros en ella,
20Iban de una gente a otra gente,
Y de un reino a otro pueblo.
21Pero no consintió que nadie los oprimiese,
Y por causa de ellos castigó a reyes.
22No toquéis a mis ungidos,
No hagáis mal a mis profetas.
23Cantad a Yavé, habitantes todos de la tierra,
Pregonad uno y otro día su salvación,
24Contad a los pueblos su gloria,
Sus maravillas a los pueblos todos.
25Porque Yavé es grande, digno de toda alabanza,
Temible sobre todos los dioses.
26Porque los dioses de las gentes son ídolos,
Pero Yavé es el Hacedor de los cielos.
27La gloria y la majestad sean ante él,
La alabanza y el honor en su santuario.
28Dad a Yavé, ¡oh familias de los pueblos!
29Dad gloria al nombre de Yavé,
Traed ofrendas, y entrad en sus atrios.
Adorad a Yavé en ornamentos santos,
30Temblad ante él todos los de la tierra.
El afirmó el orbe, y firme está.
31Alégrense los cielos y regocíjese la tierra,
Pregónese entre las gentes: Yavé reina.
32Truene el mar con cuanto lo llena,
Salte de gozo el campo y cuanto hay en él,
33Den gritos de júbilo los árboles de las selvas,
Al venir Yavé, pues viene para juzgar a la tierra.
34Dad gracias a Yavé, que es bueno,
Y es eterna su misericordia.
35Decid: Sálvanos, ¡oh Dios!, salud nuestra,
Reúnenos y líbranos de las gentes,
Para que confesemos tu santo nombre,
Y nos gloriemos alabándote.
36Bendito Yavé, Dios de Israel,
Por eternidad de eternidades.
Y diga todo el pueblo: Amén,
Alabad a Yavé».
37David dejó allí, delante del arca de la alianza de Yavé, a Asaf y a sus hermanos, para que constantemente ministrasen delante del arca, cada cosa a su tiempo, 38y a Obededom y sus hermanos, sesenta y ocho. 39Estableció el sacerdote Sadoc y a los sacerdotes sus hermanos ante el tabernáculo de Yavé en la altura de Gabaón, 40para que allí ofreciesen continuamente a Yavé holocaustos y cumpliesen cuanto está escrito en la ley de Yavé, dada por Yavé a Israel. 41Con ellos estaba Hemán y Jedutun y los otros que nominalmente habían sido designados para alabar a Yavé: «Porque su misericordia es eterna». 42Estaban Hemán y Jedutun con ellos, y las trompetas y los címbalos para los que las tocaban, y los instrumentos para los cantos en honor de Dios. Los hijos de Jedutun eran los porteros.
43Todo el pueblo se fué luego cada uno a su casa, y David se volvió a bendecir a la suya.
Escuchar el Capítulo 16
1 Instalada el arca de Dios en la tienda que David le tenía preparada, el rey organizó el culto en una forma que preanunciaba la del templo salomónico, preparada por el mismo David.(Volver a Lectura).
7El canto entregado por David a Asaf y sus hermanos es, con ligeras variantes, el salmo 106 (Vulg. 105). El verso: «dad gracias a Yavé, que es bueno, y es eterna su misericordia», es puesto luego numerosas veces en boca de los levitas y del pueblo todo, para alabar y bendecir a Yavé.
Los versos 28-33 son mesiánicos, por referirse al reinado universal de Yavé, que habla de realizar el Mesías.(Volver a Lectura).
39 El antiguo tabernáculo se hallaba en Gabaón y asimismo el altar construido en el desierto. David no creyó que debían quedar abandonados, y así encomendó su cuidado a estos sacerdotes y levitas, que celebraron en él un culto semejante al de Jerusalén. Dos lugares de culto no parecían conformes a la Ley; pero era aquél un tiempo de transición hasta que se levantara el templo.(Volver a Lectura).
Proyecto de David de edificar el templo
17 1Una vez que David se hubo establecido en su casa, dijo a Natán, profeta: «Yo estoy habitando en una casa de cedro, mientras que el arca de la alianza de Yavé está bajo una tienda». 2Natán respondió a David: «Haz lo que tienes en tu corazón, pues Dios está contigo». 3Pero aquella noche fué dirigida a Natán la palabra de Dios: 4«Ve, y dile a David, mi siervo: Así habla Yavé: No serás tú quien a mí me edifique casa para que more en ella. 5Nunca, desde que saqué a Israel hasta hoy, he habitado en casa, sino que anduve de una parte a otra en una tienda, y adondequiera que iba con todo Israel. 6¿Dije yo nunca a ninguno de los jueces de Israel, a quienes mandé apacentar a mi pueblo: Por qué no me hacéis una casa de cedro? 7Di, pues, ahora a mi siervo David: Así habla Yavé Sebaot: Yo te cogí de la majada, de detrás del ganado, para que fueras jefe de mi pueblo, Israel; 8he estado contigo por donde quiera que tú has andado; he exterminado ante ti a todos tus enemigos, y he hecho tu nombre semejante al de los grandes que hay en la tierra; 9he dado un lugar de habitación a mi pueblo, Israel, y le estoy plantando para que se fije y no sea ya conmovido, ni los hijos de la iniquidad le destruyan, 10como antes en el tiempo en que establecí los jueces sobre mi pueblo Israel. He humillado a todos tus enemigos, y te anuncio que Yavé te edificará a ti casa. 11Cuando se cumplan tus días y vayas a reunirte con tus padres, yo alzaré tu descendencia, después de ti, a uno de entre tus hijos, y yo afirmaré su reino. 12El será quien me edifique casa, y yo afirmaré para siempre su trono. 13Seré padre para él y él será para mí un hijo, y no apartaré de él mi gracia, como la aparté del que te precedió.
14Le estableceré para siempre en mi casa y en mi reino, y su trono será firme por toda la eternidad». 15Natán transmitió a David todas estas palabras y toda la visión, 16 y el rey David fué a ponerse ante Yavé y dijo: «¿Quién soy yo, Yavé Dios, y qué es mi casa, para que tú me hayas traído a donde estoy? 17Y todavía esto es poco a tus ojos: Hablas de la casa de tu siervo para tiempo lejano, y te dignas mirarme como un hombre de excelencia, 18¡oh Yavé, Dios! ¿Qué más podrá decirte David de la gloria que concedes a tu siervo? Tu conoces a tu siervo, ¡oh Yavé! 19Y por amor de tu siervo y conforme a tu corazón has hecho todas estas grandes cosas, revelando todas estas grandezas, ¡oh Yavé! 20No hay semejante a ti, no hay otro Dios como tú, como con nuestros oídos hemos oído. 21¿Hay sobre la tierra una sola nación que sea como tu pueblo, Israel, cuyo Dios fuese a rescatar un pueblo, para hacerse nombre con tantos milagros y prodigios, y arrojando a naciones delante de tu pueblo, al que redimiste de Egipto? 22Tú has hecho de tu pueblo, Israel, tu pueblo para siempre y tú, ¡oh Yavé!, tú eres su Dios. 23Ahora, pues, ¡oh Yavé!, que la palabra que has dicho de tu siervo y de su casa sea durable por la eternidad, y cúmplela. 24Que perdure, para que tu nombre sea glorificado por siempre, y se diga: Yavé Sebaot, Dios de Israel, es en verdad un Dios para Israel. Y que la casa de David, tu siervo, sea firme ante ti, 25pues que tú mismo, Dios mío, has revelado a tu siervo que le edificarás casa. Por eso ha osado tu siervo orarte así. 26Ahora, pues, ¡oh Yavé!, tú eres Dios, y tú has prometido esta gracia a tu siervo. 27Bendice, pues, la casa de tu siervo, para que subsista para siempre delante de ti. Porque tú, ¡oh Yavé!, la has bendecido, y bendita será por la eternidad».
Escuchar el Capítulo 17
14 La promesa del trono eterno, hecha a David, es estrictamente mesiánica, y de Cristo Nuestro Señor la interpreta San Pedro (Act 2,30).(Volver a Lectura).
Victorias de David sobre filisteos, moabitas, sirios y edomitas
18 1Después de esto batió David a los filisteos y los humilló, arrebatándoles de las manos Get y las ciudades de su dependencia. 2Batió a los moabitas, que quedaron
sujetos a David, pagándole tributo. 3Batió también David a Haderezer, rey de Soba, cuando iba éste a establecer su dominio sobre el Eufrates. 4Le tomó David mil carros, siete mil caballeros y veinte mil infantes; desjarretó a todos sus caballos de tiro, no conservando más que los de cien carros. 5Vinieron los sirios de Damasco en socorro de Haderezer, rey de Soba, y David derrotó a veinte mil sirios, 6puso guarniciones en la Siria de Damasco, y los sirios quedaron sujetos a David, pagándole tributo.
Yavé protegía a David por dondequiera que iba. 7Cogió David los escudos de oro que llevaban los servidores de Haderezer, y los llevó a Jerusalén. 8También se apoderó de una gran cantidad de bronce en Tibcat y en Cun, ciudades de Haderezer.
De él hizo Salomón el mar de bronce, las columnas y los utensilios de bronce.
9Supo Tohú, rey de Hamad, que David había derrotado a todo el ejército de Haderezer, rey de Soba; 10y le mandó como embajador a Hadoram, su hijo, para saludarle y felicitarle por haber atacado a Haderezer, venciéndole, pues Tohú estaba en guerra con Haderezer. Mandóle también toda suerte de vasos de oro,
de plata y de bronce, 11que el rey David consagró a Yavé, con el oro y la plata que había tomado a todas las naciones, a Edom, a Moab, a los hijos de Ammón, a los filisteos y a Amalec.
12Abisai, hijo de Sarvia, batió en el valle de la sal a dieciocho mil edomitas, 13puso guarniciones en Edom, y todo Edom quedó sometidoa David. Yavé protegía a David por todas partes donde iba.
14David reinó sobre todo Israel, haciendo derecho y justicia a todo el pueblo. 15Joab, hijo de Sarvia, era jefe del ejército. Josafat, hijo
de Ajilud. era cronista, 16Sadoc, hijo de Ajitub, y Abimelec, hijo de Abiatar, eran sacerdotes; Savsa era secretario; 17Banaias, hijo de Joyada, era jefe de los cereteos y peleteos, y los hijos de David sus áulicos.
Escuchar el Capítulo 18
1 La grande obra de David fue consolidar la seguridad de Israel con las victorias alcanzadas sobre los pueblos circunvecinos. El c. 18 responde a 2 Sam 8, con la sola exepción de 2 Sam 8,2, que está muy simplificado.(Volver a Lectura).
Guerra contra los amonitas y sus aliados
19 1Después de esto, murió Najas, Rey de los hijos de Ammón, sucediéndole su hijo. 2David dijo: "Voy a mostrar mi benevolencia a Janún, hijo de Najas, pues su padre se mostró conmigo benévolo»; y le envió una embajada para consolarle por la muerte de su padre. Cuando los enviados de David llegaron a la tierra de los hijos de Ammón, y se presentaron a Janún para consolarle, 3los jefes de los hijos de Ammón dijeron a Janún: «¿Crees tú que para honrar a tu padre te manda David consoladores? ¿No será más bien para reconocer la ciudad y destruirla y explorar la tierra, para lo que han
venido a ti sus servidores?» 4Entonces Janún, cogiendo a los servidores de David, los rapó y les cortó los vestidos por el medio hasta las nalgas, y luego los despachó. 5David, que supo lo que a sus hombres había sucedido, mandó gentes que les salieran al encuentro, pues se hallaban en gran confusión, y les dijeran: «Quedaos en Jericó hasta que os crezca la barba, y volved luego».
6 Los hijos de Ammón vieron que se habían hecho odiosos a David, y Janún y los hijos de Ammón mandaron mil talentos de plata para asoldar a los carros y a los caballeros de los sirios de Mesopotamia y de los sirios de Maaca y Soba. 7Tomaron a sueldo treinta y dos mil carros y al rey de Maaca y su pueblo, que vinieron a acampar delante de Madaba. Los hijos de Ammón se reunieron en sus ciudades, y salieron para combatir. 8Al recibir David estas nuevas, mandó contra ellos a Joab y todo el ejército, hombres valerosos.
9Salieron los hijos de Ammón y se ordenaron en batalla a la entrada de la ciudad; los reyes que habían venido tomaron posición aparte en el campo. 10Viendo Joab que tenía contra quién combatir de frente y a la espalda, escogió de lo más selecto de Israel un cuerpo que oponer a los sirios, 11y el resto del pueblo lo puso a las órdenes de su hermano Abisai, para hacer cara a los hijos de Ammón, 12diciéndole: «Si los sirios son más fuertes que yo, vas tu en socorro mío; y si los hijos de Ammón son más fuertes que tú, iré yo en socorro tuyo. 13Esfuérzate y esforcémonos por nuestro pueblo y por las ciudades de nuestro Dios, y haga Yavé lo que bien le parezca». 14Avanzó Joab con los suyos para atacar a los sirios, que huyeron ante él; 15y los hijos de Ammon, cuando vieron que habían huido los sirios, se pusieron también en fuga delante de Abisai, hermano de Joab, y se encerraron en la ciudad. Joab se volvió a Jerusalén.
16Viendo los sirios que habían sido derrotados por Israel, mandaron a buscar a los sirios del otro lado del río, que vinieron al mando de Sofac, jefe del ejército de Haderezer. 17Súpolo David, y reunió a todo Israel; y pasando el Jordán, marchó contra ellos y se preparó a atacarlos. Ordenóse David en batalla contra los sirios; 18y los sirios, después de haberse batido con él, se pusieron en huida delante de Israel, y David Ies mató siete mil hombres de los carros y cuarenta mil infantes, mató también a Sofac, jefe del ejército. 19Los hombres de Haderezer, viéndose derrotados por Israel, concertaron paces con David y se le sometieron. No volvieron más los sirios a socorrer a los hijos de Ammón.
Escuchar el Capítulo 19
20 1Al año siguiente, al tiempo en que suelen los reyes salir a campaña, Joab, a la cabeza de un fuerte ejército, fué a talar la tierra de los hijos de Ammón, y puso sitio a Raba. David se quedó en Jerusalén. Joab se apoderó de Raba, y la destruyó.
2Quitó David la corona de su rey de encima de su cabeza, y hallóla del peso de un talento de oro y guarnecida de piedras preciosas. Fué puesta sobre la cabeza de David, que obtuvo de la ciudad un gran botín. 3Dacó de ella a los habitantes y los puso a serrar con las sierras y a los trillos y a las hoces. Lo mismo hizo con todas las ciudades de los
hijos de Ammón. Volvióse luego David con todo el pueblo a Jerusalén.
Victorias contra los filisteos
4Después de esto hubo en Guezer una batalla contra los filisteos. Entonces fué cuando Sibecai, jusatita, mató a Sipí, uno de los Refaím. Los filisteos quedaron humillados. 5También hubo otra batalla con los filisteos, en la que Eljanán, hijo de Jair, mató a un hermano de Goliat, Lajmí, de Get, que llevaba una lanza cuya asta era como un enjullo de tejedor.
6Hubo otra batalla más en Get, en la que se halló un hombre de alta talla, que tenía seis dedos en cada mano y en cada pie, veinticuatro en todo, y que descendía también de Rafa. 7Retó a Israel, y Jonatán, hijo de Simea, hermano de David, le mató. 8Estos hombres eran hijos de Rafa, de Get, y perecieron a manos de David y de sus servidores.
Escuchar el Capítulo 20
1 Esta guerra contra los amonitas responde a 2 Sam 11,1 y 12,26.(Volver a Lectura).
3 El cronista omite el adulterio de David y la muerte de Urías que no entraban en su plan.(Volver a Lectura).
4 Nuevas victorias contra los filisteos. Es un compendio de 2 Sam 21,15-22.(Volver a Lectura).
Censo y peste
21 1Alzóse Satán contra Israel e incitó a David a hacer el censo de Israel. 2David dijo a Joab y a los jefes del ejército: «Id a hacer el censo de Israel, desde Berseba hasta Dan, y traédmelo, para que sepa yo su número». 3Joab respondió a David: «¡Ojalá hiciera Yavé a su pueblo cien veces más numeroso! Pero, rey y señor mío: ¿no son todos servidores tuyos? ¿Para qué pide esto mi señor? ¿Para qué hacer una cosa que será imputada como pecado a Israel?» 4El rey persistió en la orden que había dado a Joab; y Joab partió y recorrió todo Israel, y vino luego a Jerusalén. Joab entregó a David el rollo del censo del pueblo, 5y había en todo Israel once veces cien mil hombres de guerra, y en Judá cuatrocientos setenta mil. 6No hizo entre ellos el censo de Leví y Benjamín, porque abominaba Joab la orden del rey. 7Desagradó la orden a Dios, y castigó a Israel.
8Entonces dijo David a Dios: «He cometido con esto un gran pecado. Perdona, te ruego, la iniquidad de tu siervo, pues he obrado como un insensato».
9Yavé habló así a Gad, el vidente de David: 10«Ve a decir a David: Así habla Yavé: Tres plagas te propongo para que elijas una con que te heriré». 11Gad vino a David y le dijo: «Así habla Yavé: 12Elige: o tres años de hambre, o tres años durante los cuales serás deshecho por
tus enemigos y alcanzado por su espada, o tres días durante los cuales la espada de Yavé y la peste estarán sobre la tierra, y el ángel de Yavé llevará la destrucción a todo el territorio de Israel. Ve, pues, lo que he de responder al que me envía. 13David respondió a Gad: «En gran aprieto me veo. Pero caiga yo en las manos de Yavé, cuya misericordia es inmensa, y no caiga en las manos de los hombres».
14Mandó Yavé la peste sobre Israel, y cayeron setenta mil hombres de Israel. 15Dios mandó un ángel a Jerusalén para destruirla; y cuando
ya estaba destruyéndola, miró Yavé y se arrepintió de aquel mal; 16y dijo al ángel destructor: «Basta. Retira ya tu mano».
El ángel de Yavé estaba junto a la era de Ornán, jebuseo, 17y David alzó los ojos y vió al ángel entre la tierra y el cielo, teniendo en su mano desnuda la espada, vuelta contra Jerusalén.
Entonces David y los ancianos de Jerusalén, vestidos de saco, cayeron sobre sus rostros; 18y David dijo a Dios: «¿No soy yo el que he mandado hacer el censo del pueblo? Yo soy quien ha pecado y ha hecho el mal: pero estas ovejas, ¿qué han hecho? ¡Yavé, Dios mio! Pese tu mano sobre mí y sobre la casa de mi padre, y no haya plaga en tu pueblo». 19El ángel de Yavé dijo a Gad que hablase a David, para que subiese a alzar un altar en la era de Ornán, jebuseo, 20y subió David, cumpliendo la orden que Gad había dado en nombre de Yavé. 21Ornán, que estaba trillando el trigo, se volvió y vió al ángel, y se escondió con sus cuatro hijos.
22Cuando llegó David cerca de Ornán, miró Ornán y vió a David, y saliendo de la era, se prosternó ante David, rostro a tierra. 23David dijo a Ornán: «Cédeme el campo de tu era, para que yo alce en ella un altar a Yavé; cédemela por su precio en plata, para que se retire la plaga de sobre el pueblo». 24Ornán respondió a David: «Tómala, y que mi señor el rey haga en ella lo que bien le parezca: mira, te doy los bueyes para el holocausto, los trillos para leña, y el trigo para la ofrenda. Todo te lo doy». 26Pero el rey dijo a Ornán: «No, quiero comprártela por su valor en plata, pues no voy a presentar yo a Yavé lo que es tuyo, ni a ofrecerle un holocausto que no me cuesta nada». 24Y dió David a Ornán seiscientos siclos de oro por el lugar, 27y edificó allí un altar a Yavé, y le ofreció holocaustos y sacrificios eucarísticos. Invocó a Yavé, y Yavé le respondió por el fuego que del cielo descendió sobre el altar del holocausto. 28Entonces habló Yavé al ángel, que volvió la espada a la vaina.
29Viendo David que Yavé le había oído en la era de Ornán, jebuseo, sacrificaba allí, 30pues el tabernáculo de Yavé, que Moisés había hecho en el desierto, y el altar de los holocaustos, estaban entonces en la altura de Gabaón; 31y David no podía ir allá a buscar a Yavé, pues la espada del ángel le había llenado de espanto.
Escuchar el Capítulo 21
1 Esta narración del censo y de la peste procede de 2 Sam 24.(Volver a Lectura).
7 El censo ordenado por David atrae sobre Israel la ira del Señor. ¿Por qué? No lo sabemos. Quizá quiso Dios castigar la vanagloria de parte de David. Véase 2 Sam 24,10.(Volver a Lectura).
24 Sólo son de notar algunas variantes (v. 4-9), en que se acentúa la noción de pecado y el castigo que, sin duda, traerá sobre el pueblo, y la adición de los v. 21,27b-22,1, en que se justifica la elección de la era de Ornan para el altar de los holocaustos de Israel.(Volver a Lectura).
22 1Y dijo David: «Esta será la casa de Yavé Dios, y aquí estará el altar de los holocaustos para Israel».
Preparativos de David para la construcción del templo
2Mandó David que se reuniesen todos los extranjeros que había en la tierra de Israel, y encargó a los canteros que fuesen preparando piedras talladas para la construcción de la casa de Dios. 3 Preparó también hierro en abundancia para la clavazón de las puertas y para las grapas, y bronce en cantidad imponderable, y madera de cedro innumerable, 4pues los sidonios y los tirios habían traído a David maderas de cedro en abundancia. 5David se decía: «Mi hijo Salomón es todavía joven e inexperto, y la casa que ha de edificarse a Yavé ha de ser, por la grandeza, por la magnificencia, por la belleza, reputada en todas las tierras; por eso quiero hacer preparativos»; y los hizo antes de su muerte, en abundancia. 6David llamó a Salomón, su hijo, y le dió orden de edificar una casa a Yavé, Dios de Israel. 7Le dijo: «Hijo mío. Yo tenía el propósito de edificar un templo al nombre de Yavé, mi Dios; 8 pero Yavé me dijo: Tú has derramado mucha sangre y has hecho grandes guerras. No serás tú quien edifique una casa a mi nombre, porque has derramado ante mí mucha sangre sobre la tierra. 9He aquí que te nacerá un hijo, que será hombre de paz, y a quien daré yo paz, librándole de todos sus enemigos en derredor.
Su nombre será Salomón, y durante su vida haré yo venir sobre Israel la paz y la tranquilidad.
10Ese edificará una casa a mi nombre. Será para mí un hijo, y yo seré para él un padre, y afirmaré para siempre el trono de su reino en Israel. 11Ahora, pues, hijo mío, que Yavé sea contigo, para que prosperes y edifiques la casa de Yavé, tu Dios, como él de ti lo ha declarado. 12Quiera darte Yavé la sabiduría y la inteligencia, para reinar sobre Israel en la observancia de la ley de Yavé, tu Dios. 13Prosperarás, si cuidas de poner por obra los mandamientos y preceptos que mandó Yavé a Moisés para Israel. Esfuérzate, pues, ten ánimo, y no temas ni desmayes.
14Yo con mis esfuerzos he reunido para la casa de Yavé cien mil talentos de oro, un millar de millares de talentos de plata, y una cantidad imponderable de bronce y de hierro, en gran abundancia. He aprestado asimismo madera y piedra, que tú acrecentarás. 15Tienes a la mano un gran número de obreros, de canteros, carpinteros y hombres expertos en toda clase de obras. 16El oro, la plata, el bronce y el hierro son sin número. Levántate, pues, ponte a la obra y que Yavé sea contigo».
17Mandó también David a todos los principales de Israel que prestasen su ayuda a Salomón, su hijo. 18«¿No está con vosotros Yavé, vuestro Dios, y no os ha dado él paz de todas partes? El ha puesto en mis manos a los moradores de la tierra, y la tierra está sometida ante Yavé y ante su pueblo. 19Poned, pues, todo vuestro corazón y vuestro ánimo en buscar a Yavé, vuestro Dios: levantaos y edificad el santuario de Yavé, Dios, para traer el arca de la alianza de Yavé y los utensilios consagrados a Dios, a la casa edificada al nombre de Yavé».
Escuchar el Capítulo 22
1 David, en su celo por la gloria de Yavé, una vez que no pudo edificar el templo, hizo para él ingentes preparativos, y aun los planos y proyectos del mismo y de sus utensilios, que entregó a Salomón.(Volver a Lectura).
2 La voluntad de David de edificar un templo al Señor está bien manifiesta en el c.17. Impedido por la voluntad de Dios de realizar sus planes, hace todo lo que puede, preparando los materiales, los planos de la obra y la organización del culto. En el presente capítulo comienza el rey su tarea, tan grande que merecería David el nombre de fundador del templo con mejor título que su hijo. Nada hay de esto en el libro de Samuel.(Volver a Lectura).
Los levitas: su número y sus funciones
23 1Viejo ya David, y harto de días, hizo a Salomón, su hijo, rey de Israel. 2Reunió a todos los jefes de Israel, a los sacerdotes y a los levitas. 3Hízose el censo de los levitas de treinta años arriba, y su número, contado por cabezas uno a uno, fué de treinta y ocho mil. Y dijo David: «Que de ellos veinticuatro mil se dediquen a los oficios de la casa de Yavé, seis mil sean jueces y magistrados, 5cuatro mil porteros, y cuatro mil dedicados a alabar a Yavé con los instrumentos que yo he hecho para ello».
6David los distribuyó en órdenes según los hijos de Leví, Gersón, Caat y Merari.
7Hijos de Gersón: Ladán y Simeí. 8Hijos de Ladán, tres, Jejiel, el primero, Zetam y Joel. Hijos de Simeí, tres: Selomit, Jaziel y Harán. Estos son los jefes de las familias de Ladán. 9Hijos de Simeí: Jajat, Zina, Jeus y Beria. 10Estos cuatro son los hijos de Simeí. 11Jajat era el primero y Zinsa el segundo. Jeus y Bería no tuvieron muchos hijos y formaron en el censo una sola casa paterna. 12Hijos de Caat: Amram,
Jiscar, Hebrón y Usiel, cuatro. 13Hijos de Amram: Arón y Moisés. Arón fué elegido para santificar el santísimo, él y sus hijos perpetuamente, para
ofrecer los perfumes ante Yavé, para hacer su ministerio y bendecir por siempre su nombre.
14Los hijos de Moisés, hombre de Dios, fueron contados en la tribu de Leví. 15Los hijos de Moisés fueron Gersón y Eliezer. 16Hijo de Gersón fué Sebuel, primogénito. 17Hijo de Eliezer fué Rejabía, primogénito. Eliezer no tuvo más hijos, pero los hijos de Rejabía fueron muchos.
18Hijo de Jisear fué Selomit, primogénito. 19Los hijos de Hebrón: Jeería, el primero; Amarías, el segundo; Jejaziel, el tercero, y Jacamán, el cuarto. 20Hijos de Uziel: Mica, el primero; Jisía, el segundo. 21Hijos de Merari: Majlí y Musí. Hijos de Majlí: Eleazar y Quis. 22Murió Eleazar sin hijos, pero dejó hijas; y los hijos de Quis, sus hermanos, las tomaron por mujeres. 23Hijos de Musí: Majlí, Eder y Jerimot, tres. 24Estos son los hijos de Leví, según las familias de sus padres, cabezas de las casas paternas, según el censo hecho contando por cabezas. Estaban dedicados al ministerio de la casa de Yavé desde los veinte años arriba. 25Pues David dijo: «Yavé, Dios de Israel, ha dado el reposo a su pueblo, Israel, y habitará por siempre en Jerusalén, 26y los levitas no tendrán ya que transportar el tabernáculo y todos los utensilios de su servicio». 27Y así, conforme a las últimas disposiciones de David, se hizo el censo de los hijos de Leví desde los veinte años para arriba.
28Puestos a las órdenes de los hijos de Arón, para el servicio de la casa de Yavé, tenían a su cuidado los atrios y las cámaras, la limpieza de todas las cosas santas, y las obras del servicio de la casa de Yavé; 29los panes de la proposición, la harina de flor para las ofrendas, las tortas de pan ácimo, las hojuelas fritas en sartén y las cocidas, y todas las medidas de capacidad y de longitud. 30Tenían que presentarse cada mañana y cada tarde
para alabar y celebrar a Yavé 31y ofrecer continuamente los holocaustos a Yavé los sábados, los novilunios y las fiestas, según el número y los ritos prescritos. 32Daban la guardia al tabernáculo de la reunión a las órdenes de los hijos de Arón, sus hermanos, en el servicio de la casa de Yavé.
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Los sacerdotes, distribuidos en veinticuatro clases
24 1He aquí las clases de los hijos de Arón: Hijos de Arón: Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar. 2Nadab y Abiú murieron antes que su padre y no dejaron hijos. Eleazar e Itamar cumplieron las funciones sacerdotales. 3David distribuyó a los hijos de Arón, a Sadoc, de los hijos de Eleazar y a Ajimelec, de los hijos de Itamar, en turnos para el servicio. Hubo entre los hijos de Eleazar 4más jefes que entre los hijos de Itamar, y se hizo esta división: Los hijos de Eleazar tenían dieciséis jefes de casas paternas y los hijos de Itamar ocho. 5Hízose la distribución por suerte, unos con otros, y fueron jefes del santuario y jefes de Yavé, tanto los hijos de Eleazar como los hijos de Itamar.
6Semeyas, hijo de Natanael, secretario, de la tribu de Leví, los inscribió delante del rey y de los príncipes, delante de Sadoc, sacerdote, y de Ajimelec, hijo de Abiatar, y de los jefes de familias de sacerdotes y levitas, y se iba sacando por suerte una casa paterna para Eleazar y una casa paterna para Itamar. 7La primera suerte tocó a Jojarib; la segunda a Jidaya; 8la tercera a Jorim; la cuarta a Seorim; 9la quinta a Malaquías; la sexta a Miamín; 10la séptima a Cos; la octava a Abías; 11la novena a Jesúa; la décima a Secanía; 12la undécima a Elyasib; la duodécima a Jacim; 13la décima tercera a Jupa; la décimacuarta a Jebab; 14la décimaquinta a Bilga; la décimasexta a Imer; 15la décimaséptima a Jerir; la décimaoctava a Afses;
16la décimanona a Detaya; la vigésima a Jezaquiel: 17la vigésimaprimera a Jaquim; la vigésimasegunda a Gamul; 18la vigésimatercera a Delaya; la vigésimacuarta a Mazía. 19Así fueron distribuidos para su ministerio, para que entrasen en la casa de Yavé a las órdenes de Arón, conforme a los mandatos que les había dado Yavé, Dios de Israel.
Jefes de las familias de los levitas
20He aquí los jefes de las otras familias de los levitas: Subael, de los hijos de Amram, y Jejdaya, de los hijos de Subael. 21De los hijos de
Rejabia el jefe era Jisía. 22Salemot era hijo de Isab, y Jojat hijo de Salemot. 23El primogénito de Jajat fué Jeriyán; el segundo Amarías, el
tercero Jajaziel, el cuarto Jacmán. 24Hijo de Uziél fué Mica, e hijo de Mica Samir. 25Jisiya era hermano de Mica, y Zacarías hijo de Jisiya.
26Los hijos de Merari son: Majlí y Musí. Uzías tuvo un hijo llamado Beno. 27Merari tuvo además a Uzián, Soam, Zacur y Jibrí. 48Majlí
tuvo un hijo llamado Eleazar, que no tuvo hijos. 29Quis tuvo un hijo llamado Jeramuel. 30Los hijos de Musí son: Majlí, Eder y Jerimot. Estos son los hijos de Leví según sus familias. 31También ellos, como los hijos de Arón, fueron sorteados ante David, Sadoc, Ajimelec y los jefes de las casas paternas de sacerdotes y levitas. Todo se hizo por suerte para distribuir igualmente los oficios, siendo el jefe de familia como el menor de sus hermanos.
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Los cantores, distribuidos en veinticuatro clases
25 1David y los jefes del ejército separaron a los que, de entre los hijos de Asaf, de Hemán y de Jedutun, habían de hacer el
oficio de cantores acompañándose del arpa, del salterio y de los címbalos, cumpliendo cada uno el oficio a que se le destinaba en proporción de su número. De los hijos de Asaf: Zacur, José, Natanía y Asarela, bajo la dirección de Asaf, cantor del rey. 3De Jedutun: los hijos de Jedutun, Godolías, Jeseías, Josabías, Matatías y Sira, bajo la dirección de su padre Jedutun, que cantaba con el arpa para alabar y celebrar a Yavé.
4De Hernán: sus hijos, Buquías, Matanías, Oziel, Sabuél, Jerimot, Jananías, Jananí, Eliata, Guedeltí, Romemtiezer, Jesbacasa, Melotí, Otir y Majariot. 5Todos éstos eran hijos de Hemán, vidente del rey, para cantar las alabanzas de Dios y ensalzar su poder, pues Dios había dado a Hemán catorce hijos y tres hijas. 6 Estos hijos de Asaf, de Jedetun y de Hemán, fueron puestos bajo la dirección de sus padres para cantar en el templo de Yavé tocando los címbalos, las arpas y los salterios, cumpliendo los ministerios de la casa de Yavé según el orden prescrito por el rey. 7El número de ellos, con sus hermanos hábiles en el arte y que enseñaban a los otros a cantar las
alabanzas a Yavé, era de doscientos ochenta y ocho. 8Fueron sorteados en cada clase sin acepción de personas, jóvenes y viejos, hábiles y menos hábiles.
9El primero por suerte fué José, de la casa de Asaf; el segundo Godolías, por él y por sus hijos y hermanos, en número de doce; 10el tercero Zacur, y sus hijos y hermanos en número de doce; 11el cuarto Jisrí, con sus hijos y hermanos en número de doce; 12el quinto Natanías, con sus hijos y hermanos en número de doce; 13el sexto Buquías, con sus hijos y hermanos en número de doce; 14el séptimo Jisreela, con sus hijos y hermanos en número de doce; 15 el octavo Jesaya, con sus hijos y hermanos en número de doce; 16el noveno Matanías, con sus hijos y hermanos en número de doce; 17el décimo Semeya, con sus hijos y hermanos en número de doce; 18el undécimo Azareel, con sus hijos y hermanos en número de doce; 19el duodécimo Asabías, con sus hijos y hermanos en número de doce; 20el décimotercero, Sabael, con sus hijos y hermanos en número de doce; 21el décimocuarto Matatías, con sus hijos y hermanos en número de doce; 22el décimoquinto Jerimot, con sus hijos y hermanos en número de doce; 23el décimosexto Jananías, con sus hijos y hermanos en número de doce; 24el décimoséptimo Jesbacasa, con sus hijos y hermanos en número de doce; 25el décimooctavo Jananí, con sus hijos y hermanos en número de doce; 26el décimonono Melotí, con sus hijos y hermanos en número de doce; 27el vigésimo Eliata, con sus hijos y hermanos en número de doce; 28el vigésimoprimero Otir, con sus hijos y hermanos en número de doce; 29el vigésimosegundo Guedeltí, con sus hijos y hermanos en número de doce; 30el vigésimotercero Majariot, con sus hijos y hermanos en número de doce; 31el vigésimocuarto Romemtiezer, con sus hijos y hermanos en número de doce.
Escuchar el Capítulo 25
5 El título de «vidente del Rey», que se da aquí a Hemán, en 21,9, a Gad y en II Par 35,15, a Jedutún, parecen indicar un profeta áulico, órgano de las divinas revelaciones cerca de David.(Volver a Lectura).
Órdenes de los porteros del templo
26 1También fueron distribuidos los guardas de las puertas.
De los hijos de Coré: Meseelemías, hijo de Coré, de los hijos de Asaf. 2Hijos de Meseelemías: Zacarías, el primogénito; Jediael, el segundo; Zebadías, el tercero; Jataniel, el cuarto; 3Elam, el quinto; Jeojanán, el sexto; Elyoenai, el séptimo. 4Hijos de Obededom: Semeyas, el primogénito; Jozabad, el segundo; Joaj, el tercero; Sacar, el cuarto; Netaneel, el quinto; 5Amiel, el sexto; Isacar, el séptimo; Peultai, el octavo; pues Dios le había
bendecido. 6A Semeyas, su hijo, le nacieron hijos, que prevalecieron en la casa de su padre y eran hombres fuertes. 7Hijos de Semeyas: Otni y
Refael, Obed, Elzabad y sus hermanos, hombres valerosos, Eliú y Samaquías. 8Todos éstos eran hijos de Obededom. Ellos, sus hijos y sus hermanos, fueron hombres vigorosos y de mucha fuerza para el servicio; sesenta y dos de Obededom. 9Los hijos y los hermanos de Meselemía, hombres valientes, eran en número
de dieciocho.
10De los hijos de Merarí: Josa, que tuvo por hijos: Simrí, el jefe, hecho jefe por su padre, a pesar de no ser el primogénito; 11Jilquiya, el
segundo; Tebalía, el tercero; Zacarías, el cuarto. Los hijos y los hermanos de Josa eran, en todo, trece.
12A estos órdenes de porteros, a los jefes de ellos y a sus hermanos, fué encomendada la guardia para el servicio de la casa de Yavé. 13Fueron sorteados para cada puerta, pequeños y grandes, según sus casas paternas.
14Tocó por suerte a Selemía el lado de oriente. Se echó la suerte para Zacarías, su hijo, que era un prudente consejero, y le tocó el lado del norte. 15A Obededom, con sus hijos, le tocó el lado del mediodía, donde estaba también la casa de las asambleas. 16A Supín y a Josa les tocó el lado de occidente, la puerta que sale al camino de la subida. Estos cuerpos de guardia se correspondían unos a otros.
17La puerta de oriente estaba guardada por seis levitas, y la del norte por cuatro, que se renovaban todos los días. Había también cuatro por día a la puerta del mediodía, y otros cuatro que servían de dos en dos en el lugar de las asambleas. 18Había también cuatro guardas al occidente para la subida, dos en cada puesto. 19De este modo fueron distribuidos los porteros, que eran todos hijos de Coré y de Merarí. 20Ajías tenía la guarda de los tesoros de la casa de Dios y de los utensilios sagrados. 21De entre los hijos de Laedam, los hijos de Gersón, descendiente de Laedam, jefe de las casas paternas de Laedam, gersonita, eran: Jejielí y Zetán. 22Los hijos de Jejielí, Zetán y Joel, su hermano, que guardaban los tesoros de la casa de Yavé. 23De entre los amramitas, jisearitas, hebronitas y uzelitas, 24Sebuel, hijo de Gersón, hijo de Moisés, era intendente del tesoro. 25De entre sus hermanos los descendientes de Eliezer, cuyo hijo fué Rejabía, hijo de éste Jesaya, hijo de éste Joram, hijo de éste Zicrí, hijo de éste Selomit; 26Selomit y sus hermanos guardaban los tesoros de las cosas santas que habían sido consagradas por el rey David, por los jefes de las casas paternas, los jefes de millares y de centenas, y los jefes del ejército, 27del botín de guerra y de los despojos para la casa de Yavé. 28Todo lo que había sido consagrado por Samuel, el vidente, por Saúl, hijo de Quis, por Abner, hijo de Ner, por Joab, hijo de Sarvia, todas las cosas consagradas, estaban bajo la custodia de Selomit y sus hermanos.
29De entre los Jisearitas, Quenayas y sus hermanos ejercieron funciones exteriores, como magistrados y jueces en Israel. 30De entre los hebronitas, Josabía y sus hermanos, hombres valientes, mil setecientos, gobernaban a los israelitas del lado de allá del Jordán, en su parte occidental, tanto en lo concerniente al servicio de Yavé, cuanto en lo concerniente al servicio del rey. 31Por lo que hace a los hebronitas, de quienes era jefe Jeriya, se hicieron el año cuarenta del reinado de David investigaciones en Jazer de Galad, según sus genealogías y sus casas paternas; 32y se halló que los hermanos de Jeriya, hombres valientes y robustos, eran dos mil setecientos, jefes de casas paternas. El rey David los constituyó sobre los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manasés, para lo tocante a Dios y lo tocante al rey.
Escuchar el Capítulo 26
1 Una obra tan colosal como la del templo exigía también numerosos servidores, a fin de mantener el orden y velor po la santidad del templo y por la custodia de todas sus cosas. De 1 a 19 se trata de los porteros; el resto del capítulo 20-32, de los encargados de velar por las cosas del santuario.(Volver a Lectura).
Los jefes del ejército
27 1El número de los hijos de Israel que entraban en servicio de tropa para la guardia del rey, que se relevaba todos los meses del año según la distribución que de ellos se había hecho, era de veinticuatro mil cada vez; cada tropa tenía sus jefes de casas paternas, sus jefes de millar y de centena, y sus oficiales al servicio del rey.
2A la cabeza de la primera división para el primer mes estaba Jasobeam, hijo de Zabdiel; mandaba una división de veinticuatro mil hombres. 3Era de los hijos de Peres y mandaba a todos los jefes de la tropa del primer mes.
4A la cabeza de la división del segundo mes estaba Dodaí, ajotita; y tenía bajo él a Mielot, que mandaba una parte de esta tropa, que era de veinticuatro mil hombres.
5El jefe de la tercera división, la del tercer mes, era Banaias, hijo de Joyada, sacerdote, y tenía a su mando veinticuatro mil hombres. 6Este es el Banaias que era el más valiente de los treinta, y los superaba a todos. Su hijo Ámisadab era uno de los jefes de su división.
7El cuarto jefe, para las tropas del cuarto mes, era Azael, hermano de Joab; y Zabdías, su hijo, fué su sucesor. El número de sus tropas era de veinticuatro mil.
8El quinto jefe para el mes quinto era Samaot, de Jezer, y su tropa era de veinticuatro mil.
9El sexto para el sexto mes era Jira, hijo de Iques de Tema, y tenía en su tropa veinticuatro mil hombres.
10El sétimo para el sétimo mes era Jeles, de Faloní, de la tribu de Efraím; su tropa era de veinticuatromil hombres.
11El octavo para el octavo mes era Sibcaí, de Jusat, del linaje de Zarjí, que tenía bajo él veinticuatro mil hombres.
12El noveno para el noveno mes era Abiezer, de Anatot, de los hijos de Jeminí, que mandaba veinticuatro mil hombres.
13El décimo para el décimo mes era Maraí, de Netofat, descendiente de Zarjí, y tenía bajo sí veinticuatro mil hombres.
14El undécimo para el undécimo mes era Banaias, de Faratón, de la tribu de Efraím; su tropa era de veinticuatro mil hombres.
15El duodécimo para el duodécimo mes era Joldaí, de Netofat, descendiente de Otoniel, y su tropa era de veinticuatro mil hombres.
Los jefes de las doce tribus
16Estos eran los jefes en las doce tribus:
En la de Rubén, Eliezer, hijo de Zicrí; en la de Simeón, Safatías, hijo de Maaca; 17en la de Leví, Josabías, hijo de Carmel; de los aronitas, Sadoc; 18en la de Judá, Elihu, hermano de David; en la de Isacar, Amzi, hijo de Micael; 19en la de Zabulón, Jismaías, hijo de Abolías; en la de Neftalí, Jerimot, hijo de Azriel; 20en la de Efraím, Oseas, hijo de Azacías; en la media tribu de Manasés, Joel, hijo de Pedaya; 21en la media tribu de Manasés en Galad, Jidom, hijo de Zacarías; en la tribu de Benjamín, Jasiel, hijo de Abner; 22en la tribu de Dan, Ezriel, hijo de Jerojam. Estos eran los príncipes de las tribus de Israel.
23David no quiso contar a los que estaban por debajo de los veinte años, porque Yavé le había dicho que multiplicaría a Israel como las estrellas del cielo. 24Joab, hijo de Sarvia, había comenzado a hacer el censo; mas no le acabó, porque esto trajo la ira sobre Israel, y por eso el número de los que habían sido contados no está escrito en las crónicas de David.
Otros funcionarios de David
25Azmavet, hijo de Adiel, tenía a su cargo el tesoro del rey; sobre los almacenes del campo, en las ciudades, en los pueblos, y en las torres, estaba Jonatan, hijo de Ozías.
26Ezri, hijo de Jelub, estaba sobre los obreros del campo, que labraban las tierras; 27Simeí, de Rama, sobre las viñas; Sandí, de Sefam, sobre el fruto de las viñas en las bodegas;
28Baal Anam, de Gueber, sobre los olivares e higuerales, en el llano; Joás, sobre las provisiones de aceite;
29Sitraí, de Sarón, sobre el ganado vacuno, que se apacentaba en Sarón; Safat, hijo de Adlaí, sobre el ganado vacuno que se apacentaba en los valles;
30Obid, ismaelita, sobre los camellos; Jejdía, de Meronot, sobre los asnos; 31Jazis, agareno, sobre las ovejas. Todos éstos eran intendentes
de la hacienda de David.
32Jonatan, hijo de David, era consejero, hombre de sentido y de saber; Jejiel, hijo de Jacmoní, era mayordomo de los hijos del rey;
33Ajitofel era consejero del rey; Jusaí, arguita, era amigo del rey;
34además de Ajitofel, eran consejeros Joyada, hijo de Banaías, y Abiatar. Joab era el jefe supremo del ejército del rey.
Escuchar el Capítulo 27
1 David, que elevó tan alta la potencia militar de Israel sobre los pueblos vecinos, hubo de empezar organizando el ejército. El presente capítulo nos habla de doce cuerpos de ejército de 24000 hombres cada uno, que hacían servicio por turno.(Volver a Lectura).
23 Estos versículos 23ss, son un complemento a lo que se nos dice en el capítulo 21 sobre el censo del pueblo.(Volver a Lectura).
25 Lo que queda del capítulo, vv 25-34, nos informa sobre otros funcionarios del rey. Muy probablemente este capítulo no ocupa el lugar que le corresponde.(Volver a Lectura).
Recomendaciones de David a Salomón para la edificación del templo
28 1David convocó a Jerusalén a todos los jefes de Israel; a los jefes de las tribus, a los jefes de las divisiones al servicio del rey, a los jefes de millares y de centenas, a los intendentes de la hacienda y de los ganados del rey, a los hijos del rey, a los eunucos y oficiales del palacio, a todos los hombres de valer; 2y levantándose en pie, dijo: «Oídme, hermanos míos y pueblo mío: Yo tenía el propósito de edificar una casa de reposo para el arca de la alianza de Yavé, para el escabel de los pies de nuestro Dios, y había ya hecho aprestos para ello; 3pero me dijo Dios: Tú no edificarás casa a mi nombre, porque eres hombre de guerra y has derramado mucha sangre. 4Pero Yavé, Dios de Israel, me eligió de toda la casa de mi padre, para que perpetuamente fuese rey de Israel, pues eligió a Judá por caudillo, y de la casa de Judá, a la familia de mi padre, y de entre los hijos de mi padre, se agradó de mí, para hacerme rey de todo Israel. 5De todos mis hijos, pues me ha dado Yavé muchos hijos, eligió a mi hijo Salomón para sentarse en el trono de Yavé, sobre Israel; 6 y me ha dicho: Salomón, tu hijo, edificará mi casa y mis atrios, porque yo le he elegido por hijo, y yo seré padre para él. 7Yo afirmaré su reino para siempre, si él se esfuerza en poner por obra mis mandamientos y mis juicios como hoy. 8Ahora, pues, ante todo Israel, la congregación de Yavé, y ante nuestro Dios, que nos oye, guardad y observad todos los mandamientos de Yavé, vuestro Dios, para que poseáis la buena tierra y la dejéis en heredad a vuestros hijos después de vosotros a perpetuidad. 9Y tú, Salomón, hijo mío, conoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón perfecto y ánimo generoso; porque Yavé escudriña los corazones de todos y penetra todos los designios y todos los pensamientos. Si tú le buscas, le hallarás; mas si le dejas, te rechazará para siempre.
10Mira que Yavé te ha elegido para edificar casa que sea su santuario: esfuérzate y hazlo».
11Entregó David a su hijo la traza del pórtico y sus dependencias y oficinas, de las salas, de las cámaras y de la casa del propiciatorio. 12Asimismo la traza de cuanto él quería hacer para los atrios de la casa de Yavé, para las cámaras de alrededor, para los tesoros de la casa de Yavé, y para los tesoros de las cosas consagradas. 13Dióle también la distribución de los órdenes de los sacerdotes y los levitas, para todo el ministerio de la casa de Yavé, y de los utensilios del ministerio de la casa de Yavé; 14el modelo de los utensilios de oro, con el peso que cada uno había de tener, y el de los utensilios de plata, con el peso de ella que había de tener cada uno de los utensilios para el servicio. 15El peso de los candeleros de oro, el de las lámparas de oro, con el peso de cada candelero y de cada lámpara; el peso de los candeleros de plata y de sus lámparas, según el uso a que se destinaba cada candelero. 16Le dió el peso de oro para las mesas de los panes de la proposición, para cada mesa, y la plata para las mesas de plata. 17Le
dió el modelo de los tenedores, de las fuentes, de los cálices de oro puro, el de las copas de oro, con el peso de cada copa; 18el del altar de los
perfumes de oro puro, con su peso de oro: el modelo del carro y de los querubines, que tienden sus alas y cubren el arca de la alianza de Yavé. 19Todo esto, dijo, me ha sido mostrado por la mano de Yavé, que me dió a entender el diseño de todas las obras».
20Dijo después David a Salomón, su hijo: «Esfuérzate y anímate, y ponte a la obra; no temas ni desmayes, porque Yavé Dios, mi Dios, estará contigo y no te dejará ni te desamparará hasta que acabes toda la obra para el servicio de la casa de Yavé. 21Los órdenes de sacerdotes y levitas, para todo el ministerio de la casa de Yavé, y todos los hombres de buena voluntad y de habilidad para toda suerte de obras, y los príncipes y todo el pueblo, estarán contigo para ejecutar todas tus órdenes».
Escuchar el Capítulo 28
1 Este capítulo es la continuación del 23, que termina con una exhortación de David a su hijo sobre la edificación del templo. Delante de los príncipes de la nación hace entrega a su hijo de todos los planos y proyectos del santuario, de los utensilios y de la organización del culto divino, además de los materiales preciosos necesarios para la ejecución de las obras.(Volver a Lectura).
Ofrendas voluntarias para el templo
29 1Después dijo David a toda la asamblea: «Sólo a Salomón, mi hijo, ha elegido Dios; es joven y de corta edad, y es grande la obra, porque la casa no es para hombres, sino para Yavé Dios. 2Yo, con todo mi esfuerzo, he preparado para la casa de mi Dios, oro para lo de oro, plata para lo de plata, bronce para lo de bronce, hierro para lo de hierro, madera para lo de madera, y piedras de ónice y piedras preciosas, y piedras blancas como el alabastro, y piedras de diversos colores, toda suerte de piedras preciosas y mármol de Sais. 3Además, en mi devoción para la casa de Yavé, guardo en mi tesoro particular oro y plata, además del preparado para la casa del santuario, que doy para la casa de mi Dios. 4Tres mil talentos de oro, de oro de Ofir, y siete mil talentos de plata fina, para recubrir las paredes de la casa. 5Oro, pues, para las cosas de oro, plata para las cosas de plata. ¿Quién quiere hacer hoy ofrenda a Yavé?»
6Entonces todos los príncipes de las familias, los príncipes de las tribus de Israel, los jefes de millares y de centenas y los intendentes de la hacienda real, ofrecieron voluntariamente sus ofrendas, 7dando para el servicio de la casa de Dios cinco mil talentos de oro, diez mil dáricos, diez mil talentos de plata, dieciocho mil
talentos de bronce y cinco mil talentos de hierro. 8Y todo el que se halló con piedras preciosas, diólas para el tesoro de la casa de Yavé, entregándoselas a Jejiel, gersonita. 9Gozóse el pueblo de haber contribuido voluntariamente con sus ofrendas, porque con entero corazón se las hacían
a Yavé, y el rey 10David tuvo de ello gran alegría.
Oración de David
David bendijo a Yavé ante toda la asamblea, diciendo:
«Bendito tú, ¡oh Yavé!, Dios de Israel, nuestro padre de siglo en siglo. 11Tuya es, ¡oh Yavé!, la majestad, el poder, la gloria y la victoria: tuyo
el honor, y tuyo cuanto hay en los cielos y en la tierra. Tuyo, ¡oh Yavé!, es el reino; tú te alzas soberanamente sobre todo. 12Tuyas son las riquezas
y la gloria, tú eres el dueño de todo. En tu mano está la fuerza y el poderío. Es tu mano la que todo lo afirma y engrandece. 13Por eso, Dios nuestro, nosotros te confesamos, y alabamos tu santo nombre. 14Porque, ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que podamos hacerte estas voluntarias ofrendas?
Todo viene de ti, y lo que voluntariamente te ofrecemos, de ti lo hemos recibido. 15Somos ante ti extranjeros y advenedizos, como lo fueron nuestros padres. Son como la sombra nuestros días sobre la tierra, y no dan espera. 16¡Oh Yavé, Dios nuestro! Toda esta abundancia, que para edificar la casa a tu santo nombre te hemos ofrecido, tuya es, de tu mano la hemos recibido. 17Yo sé, Dios mío, que tú escudriñas el corazón y que amas la rectitud; por eso te he hecho yo todas mis ofrendas voluntarias en la rectitud de mi corazón, y veo ahora con alegría que todo tu pueblo, que está aquí, te ofrece voluntariamente sus
dones. 18Yavé, Dios de Abraham, de Isac y de Israel, nuestros padres; conserva para siempre en el corazón de tu pueblo esta voluntad, y encamina a ti su corazón. 19Da asimismo a mi hijo Salomón corazón perfecto, para que guarde todos tus mandamientos, tus leyes y tus mandatos, y que todos los ponga por obra, y te edifique la casa para la que yo he hecho aprestos».
20Luego dijo David a toda la asamblea: «Bendecid ahora a Yavé, vuestro Dios»; y toda la asamblea bendijo a Yavé, Dios de sus padres, y postrándose, oraron ante Yavé y ante el rey. 21Sacrificaron víctimas a Yavé, y al día siguiente ofrecieron a Yavé holocaustos, mil becerros, mil carneros, mil corderos, con sus libaciones y muchos sacrificios, por todo Israel; 22y comieron y bebieron ante Yavé aquel día con gran gozo. Dieron por segunda vez la investidura del reino a Salomón, hijo de David, y le ungieron rey ante Yavé, y a Sadoc, sacerdote. 23Sentóse Salomón por rey en el trono de Yavé, en lugar de David, su padre; y fué prosperado,
obedeciéndole todo Israel. 24Todos los príncipes y grandes, y todos los hijos del rey David, prestaron homenaje al rey Salomón, 25a quien Yavé engrandeció en extremo a los ojos de todo Israel, dándole un reinado glorioso, cual ningún rey lo tuvo antes de él en Israel.
Muerte de David
26Así reinó David, hijo de Isaí, sobre todo Israel, 27siendo cuarenta años el tiempo que reinó sobre Israel; siete años reinó en Hebrón y treinta y tres años reinó en Jerusalén.
28Murió en buena vejez, lleno de días, de riquezas y de gloria. Sucedióle Salomón, su hijo.
29Los hechos del rey David, los primeros y los postreros, están escritos en el libro de Samuel, vidente, y en las crónicas de Natán, profeta, y en las de Gad, vidente, 30con todo su reinado, su poder, y los tiempos que pasaron sobre él y sobre Israel y sobre los otros reinos de aquellas tierras.
Escuchar el Capítulo 29
1 David se dirige al senado de los príncipes de Israel, exponiéndoles la cantidad enorme de materiales, oro, plata, bronce, hierro, mármoles, etc., que tenía preparados. Y como si esta generosa devoción del rey les fuera un estímulo, todos en competencia ofrendaron oro, plata, bronce, hierro, piedras preciosas. Vemos aquí reproducida aquella devoción del pueblo en el Sinaí (Ex 35,1-36,7; Núm 7).(Volver a Lectura).
7 El dárico es una moneda de oro persa, corriente entre los judíos que vivieron bajo el imperio persa, después de la cautividad.(Volver a Lectura).
20 Después de esto no quedaba más que hacer sino sentar a Salomón en el trono de su padre y mostrar el cumplimiento de la promesa de Yavé en el c.17.(Volver a Lectura).